Lo cierto es que me prometí a mí misma que a partir de hoy no haría entradas tan extensas, porque tengo que hacer la tira de deberes, pero no lo puedo evitar. Hoy, comenzó el día con clase de lengua. Entre otras cosas, destacaron las meteduras de pata de la Montero, como su famoso entendistes, su girar el traste o su ópera de Wagner Tristán (al parecer Isolda se perdió por el camino). Luego tuvimos educación física. Se me ocurrió la feliz y perspicaz (sé que utilizo esta palabra muchas veces, pero es que me encanta) de hacer el test de Harvard escuchando música. Así es que, al vertiginoso ritmo de These New Puritans, subí y bajé escalones como una posesa. Posteriormente, en alternativa, dediqué mi tiempo, en exclusividad, a estudiar dibujo técnico, ya que luego tenía examen. Llegó el recreo (menos mal) y bueno, nada, luego el examen me salió bastante bien, salvo por lo del medio proporcional, que estuve veinte minutos comiéndome el coco porque no sabía qué repámpanos era aquello, cuando, al final, por intuición, imaginación, o como quieras llamarlo, conseguí hacer algo que parecía bien delineado. Después, en biología, pues nada, Coche Hombres hizo lo que llamaríamos el capítulo 3 y 4 de la saga más esperada del año. Aquí lo tienes:


Luego hubo tutoría, y sucedió algo muy extraño, pero como ni me acuerdo ni me enteré muy bien, cuando lo sepa mejor, ya hablaré de ello, ¡eh, Arbeyo! En fin...
Después de clase hubo una pelea, pero no una de esas de: "Te veo a la salida" No, no, una en las que se reparten puñetazos a diestro y siniestro, que yo hasta me asusté. Lo gracioso es que, mientras mirábamos si pasaba algo o no, estaba yo charlando con Velocirraptor y Raquel, cuando a lo lejos vi algo marrón y redondito. ¡Una castaña! Allí estaba, así que yo, aprovechándome de la situación, así que metí cizaña, espero que haya dado resultado (cejas cejas). En ese preciso momento, comenzaron las leches, así que yo me fui corriendo a refugiarme detrás de la espalda de alguien, cuando en mi propia espalda oí lo que parecía el ruido que hacen las castañas cuando se están asando. No sé qué de un tubo y algo, y luego que si se piraba. Dice que ayer le torcí la cara, lo cual me parece genial. Perfecto. ¿Qué digo perfecto? ¡Perfectísimo! Luego me fui a casa de mi abuela a comer, y luego al conservatorio. A las 16:30 tenía historia de la música, y cómo no, no había hecho los deberes. A toda prisa escribí las siete respuestas que primero se me ocurrieron, para que luego el profe no nos lo pidiese. ¿La razón? Estuvimos viendo una peli. Es gracioso, porque en el fondo de pantalla el profe tenía una foto de un montón de condones de colores, y aproveché para capturarla con mi móvil. La pondría aquí, pero me parece un poco de mal gusto. La peli estaba bien, de hecho, bastante bien. Los Farinelli, Los Castrati, o algo así. Iba sobre unos italianos a los que les capaban para cantar más agudo. Lo gracioso es que son todo escenas de sexo. Mucha risa. Además, el tipo necesitaba al hermano para, bueno, para correrse. Me parto. Bueno, luego tuvimos análisis, lo que dio lugar a otro capítulo de la saga (el cuarto) y luego piano. ¡TOMA! Mi profe estará de baja hasta enero. ¡Genial! Y bueno, pues ya está, eso ha sido mi día número 15844237, creo. ¡Cheers!
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