Ayer estuve felizmente en clase. Lengua se me pasó volando porque la Monti nos estuvo contando la historia de la Celestina, así que con una oreja escuché y con la otra me apoyé en el respaldo de la silla para medio dormirme. Luego tuvimos educación física y, cómo no, Alfonso lo único que hizo fue hablarnos así que como mucho nos obligó a dar tres golpes al volante y además cuando ya iba a tocar. Así que nada. En alternativa le pregunté a Vicxor una cosa sobre acotaciones y me estuvo dando la paliza media hora para decirme solamente que no sabía qué había que hacer. Me giré, le pregunté a Celia, y asunto arreglado. Alba me estuvo contando toda la historia de Serafín, o como a mí me gusta llamarlo, It will be the end. Luego salimos al recreo, y nada, me comí mi manzana, como siempre, acompañé a Elena a hacer fotocopias y en la cola estaba Ese Hombre Deslumbrante con unas partituras y luego volvimos y en el hall del instituto estaba también así que me paré para charlar con Alba con la cuenta de que aparecería por allí, y entonces empezó a charlar con ella así que yo aproveché para echar un vistazo a las partituras y era un preludio de Chopin. Luego había dibujo y estuve escuchando música, luego en biología pues normal y en tutoría estudié mates que tenía hoy examen.
A la salida me vi con Elena y con Amada, y encontré una bolsa de gusanitos en el suelo, la cogí y me la comí, si no fuese porque Amada me robó la bolsa y se comió todas las migas que había y eso que fui yo la que me agaché, aún la odio por eso.
Luego estuve hablando con Elena de lo de que se vaya a estudiar fuera el año que viene, y no, no quiero que te vayas, como ya te dije esta tarde, aunque suene un poco cursi, no soportaría la idea de no verte tan a menudo, que bueno, hablaríamos por skype pero no es lo mismo, no quiero que te vayas y haría cualquier cosa para impedirlo. Puede que sea un poco egoísta porque bueno, sí, en realidad es una gran oportunidad y esas cosas, aunque probablemente cuando llegues aquí te va a costar la tira porque la gente que estudia fuera luego llega pez. Mi tía estudió c.o.u. en Boston y dice que echaba terriblemente de menos a sus padres y a sus amigos y que quería volver y bueno, en resumen, no quiero que te vayas, Elena, ¡no quiero! Así que vamos a vivir cada día hasta el final como si fuese el último.
Luego fui a casa de Tati, que por si no lo sabes, es mi abuelita, comí, y fui caminando hasta el conservatorio. Estaba yo tranquilamente en la biblioteca viciando al farmville y luego llegó Jorge y estuvimos charlando y para mi sorpresa apareció por ahí Adela porque iba a pedir un libro y entonces nos fuimos porque ya había acabado de recoger todas las florecitas y entonces bajamos pero era pronto así que Jorge me invitó a un capuccino y luego fuimos hasta el museo porque por segunda vez en mis cinco años de conservatorio íbamos a ir de excursión, y aunque fuese al museo de bellas artes que está dos calles más allá, pues había que celebrarlo igualmente.
Cuando llegamos ya estaba Raulito con todos los demás en la puerta, y nada, entramos y tal, y vimos unos cuantos cuadros en los que había instrumentos musicales -aún no entendí el motivo de la visita- y después de una horica acabó de contarnos lo que nos tenía que contar, y yo nunca me había fijado en lo grande y bonito que es el museo, y tampoco sabía que tenía cuadros de Dalí, de Picasso, del Greco -asco- y lo más importante, un cuadro, como no, de niños por la playa, de el grandioso Sorolla. También me sorprendió un pintor asturiano que había hecho un cuadro enorme y que me recordaba un montón a Klimt y me gustó mucho, lo malo es que ahora ya no me acuerdo.
Hicimos tiempo para llegar tarde a análisis, nos sentamos un rato en el hall y subimos cuarenta minutos tarde, así que no hicimos nada más que hablar de los profesores del Aramo, que Beatriz, nuestra profe, también fue allí y nos contó que le dio clase mi querida Monti.
Luego fui a piano y como era la primera vez que veía a Pilar en dos meses pues le pregunté que qué tal estaba su marido, a quien habían operado, y estuvimos hablando sobre posibles obras que tocar este trimestre y al final deducimos que lo mejor sería Cuadros de una exposición de Mussorgsky, aunque también me quería poner un preludio de Chopin, pero como no era el mismo que el de Ese Hombre Deslumbrante pues no me interesaba. También dijo que la del Lago de los Cisnes, la Danse des petites cygnes, era muy difícil para mí, con lo cual me libro. Y así, dando la parpayuela, me libré bastante de tocar, de hecho sólo tuve que tocar la sonata un par de veces y luego me fui.
Hoy teníamos examen de matemáticas, global, para subir nota, y si sacaba más de un siete me subiría la nota de la evaluación, lo cual me subiría la media de 9 a 9.1 ó 9.2, así que quería esforzarme, pero cuando llegué a casa ayer no estudié mucho porque el libro se me quedó en clase.
A primera tuvimos cmc y aquello parecía una taberna porque estábamos hablando más que en tutoría o que en el recreo, la gente estaba de pie, y mientras tanto, la profe intentaba explicar la lección para tres personas que estábamos 'atendiendo'. No sé cómo tiene tanta paciencia. Diez minutos antes llegó la Nani con su culo XXL y nos dio los exámanes y bueno, para lo que había estudiado no me parecieron muy difíciles. Amanda me pidió un ejercicio así que intercambiamos papeles y si con lo que yo había hecho me daba para un 7 o así, copié dos ecuaciones de 0.75 cada una así que tendré un punto y medio más. Acabamos y llegó la Pollo y estuvimos dando clase pero como llegó media hora tarde porque estábamos haciendo el examen pues no se me hizo nada largo, además Amanda me estuvo contando la historia de la Maripossssssa Grande y desde esa clase me dio por hablar -involuntariamente, claro- con un acento idiota total.
En el recreo bajamos a por las papeletas del viaje de estudios e intenté vendérselas a los que pasaban pero nada, no cayó ni uno. Luego cuando subimos a clase estuve montando guardia para abordar a los profesores, pero vi que la de inglés no llegaba así que decidimos Amanda, Aroa, Lucía, Carmen y yo marchar a vender papeletas a la gente de la calle, yo conseguí vender 8 así que bueno, no está nada mal, salvo porque una señora me estuvo dando la paliza con no sé qué de unos villancicos.
Entramos a quinta hora para ir al laboratorio de biología e hicimos desaparecer un pelo, hidrolizándolo en aminoácidos, pero luego había que hacer no sé qué con no sé qué de plomo y Celia lo echó y yo no me di cuenta y en vez de quedarnos un líquido negro con precipitado amarillo nos quedó una masa gelatinosa y sólida de color de la coca-cola y era asqueroso, Balbino Pecholobo estaba flipando, pero aún así no quiso comprarme ninguna papeleta a pesar de mi hallazgo. Además cuando me puse a limpiar el tubo de ensayo quedó como morado brillante y me dio mucho, pero que mucho asco. A última tuvimos filosofía y no hubo nada digno de mencionar.
Por la tarde, después de comer, quedé con Amanda para tocar la guitarra por la calle y sacar más dinero. El problema es que la funda que me regalaron no me gustaba mucho y la iba a cambiar, pero claro, entonces no tenía funda, y en las otras tres que tenía no entraba, así que tuve que llevarla en la mano, colgada de la espalda con la cinta. Fuimos al conser y Feijóo me compró dos y Álvaro tres, y luego por la calle vendimos a Martín entre otros. A un italiano le empecé a decir que yo también hablaba italiano y que si quería una papeleta. Io anche, io anche, anch'io. Y le dije que había estado en Roma y en Sicilia y en Milán y él me dijo que él era de Florencia pero cuando le quise decir que mis padres habían estado allí me trabé y le dije ciao. Elena vino a eso de las seis y me encontré con el hermano de Juan Isidro y nos invitó a mí y a mi hermana a una fiesta en su casa cuando sus padres no estuviesen e hizo gesto de empinar el codo, lo cual es extraño porque ese niño tiene 13 años. Luego intentamos seguir vendiendo pero nada, no mucho. Luego Amanda se fue y yo acompañé a Elena a teatro porque llegaba tarde. Durante el trayecto, caminamos por calles por las que jamás había ido, y tuvimos una larga e intensa charla; aunque yo al principio no entendí nada y Elena se sintió defraudada, luego conseguí captarlo y yo también le mostré mis inquietudes y resulta que ambas estábamos en la misma situación, lo cual me alegró muchísimo, me sentí genial por haberme quitado aquel peso de encima, porque no es algo de lo que hable muy a menudo así que me sentó muy bien hablar con ella. Llegamos hasta donde teatro y luego llamé a mi mamá para que me fuera a buscar porque no me apetecía coger el autobús. Una señora llamó a casa y resultó ser la señora del teatro, que llamaba porque mi hermana se quería apuntar, pero sólo había plaza para mí los viernes, si no tenía que ser los miércoles y ella no puede, y yo siempre había querido ir pero me coincidía todos los años con el conservatorio, pero este año no y los viernes no tengo que hacer nada aparte de dormir, así que bueno, llamé a Elena y me convenció de que me apuntase así que el viernes que viene empezaré a teatro tras cuatro años de no poder ir. Lo cierto es que me hace mucha ilusión.
Y sí, ahora ya no pongo nombres clave, no le veo sentido nunca más.