martes, 29 de noviembre de 2011

Old couple

I was right when I said that we are like an old couple. The funny part is that I can't remember the times when we used to go out together, when we made love for the first time, when I introduced you to my parents, when we travelled abroad for the first time, when we moved to our first rented house, when we killed our first fish, when we had our first quarrel, when we got married, when we bought our flat, when we got our first dog, when we had our first baby, when we had our second one,when we moved to a house in the suburbs, when we hosted the first Christmas as a big family, when we had our second fight, when we almost got divorced, when you got promoted, when we sort our problems out, when we had our third child, when we taught our kids how to ride a bicycle, when our kids went to high school, when our kids argued with us because they wanted to come home later, when they went to college, when they left us and moved with their girlfriends, and that's all. Now we do things together, we work on our garden together, we have tea together, we read the news together, we chat about our lifes and we feed our cats. Now we look like an old couple. 

jueves, 24 de noviembre de 2011

This is what happened in my piano lesson.

My regular routine was suddenly interrupted when I surprisingly performed awfully bad at my piano lesson. This hadn't happened before, at least that bad -excluding last week, when I had had a huge cup of coffee that made me shiver and shake as if I was playing in front of a ghost-, for a couple of years, I mean, now I get on much better with my teacher, we even laugh -I haven't got to the point of asking her how's it going- but at least I try. And it really went on quite well, last year I got a six out of ten in my final grade. But today, I don't know what happened, I had been playing quite bad for a couple of weeks, but I thought that it was because of my exams and the fact that I slept quite less than usual, but it doesn't seem to be the reason. My piano teacher told me that I study, but not correctly, I have to play things by parts and slower and first one hand and then the other and I hate doing that because it's very boring and makes me waste a lot of time. I hate it. But I dont't want to fail, so I'll have to work harder. I missed the time when I got out of the class with my tears in my eyes and a sense of desperation that no one could remedy. But it's back again. And the worst part is that after the talk I didn't have the guts to sell her a box of Christmas pastries. I'm a coward. I have to study more. And I hate studying. The optimistic part is that tomorrow we are going to the cinema to see a film in English called Go for it, then I’ll go shopping ‘cause it’s Black Friday or something, and then I’ll go to acting lessons -I’m such an artist- and then to a concert. 


If I could do just one near perfect thing I’d be happy.
 Belle & Sebastian.

martes, 22 de noviembre de 2011

Not on your guest-list.

Have I really stood under the rain, waiting for you -or for the bus- for so long, and it didn't come, and I felt so dissapointed because I thought I was in the wrong bus stop, but I wasn't, it was just the bus, that didn't come. And this is obviously a metaphore, because, although I waited for the bus under the rain today, mummy came to pick me up. But nobody's gonna come and pick me up in my life. I'm never gonna get out of this crap, this routine. I want to be saved. You have got to save me. It's our fate. But you can call it Italy if you want to -A room with a view-. But it seems like I am not on your guest list. I am not part of your destiny. I am not part of you. I thought I was, but I guess I was wrong. Wrong again. Always wrong. Like in that maths exam. Wrong. But I like you more and more each time I see you. I know the place, I've been here before, it's always the same thing, up and down, right and left, but I'm never in the middle, in the middle of the play. Of your play. And I hate this. For once, I'm talking from my heart, always using metaphores, because if I didn't use them, it would be too easy. I have so many goals in my life, but it seems like yours is becoming harder and harder. And I don't like it. So now, just leave, ok?


domingo, 20 de noviembre de 2011

En Saturno

En tu planeta no se puede hablar de nada
todo es tan conservador que ponen mala cara
cuando me acerco yo como un meteorito
te atrapo y te llevo a mi planeta favorito


Recuerdo todo lo que tú me dijiste ayer
cuando bailábamos juntos
en Saturno
cuando bailábamos juntos
en Saturno con los pies desnudos


Y no podrás negar que lo pasaste bien
saltabas sin parar sobre tus desnudos pies
y no te atreves, y no te atreves a confesarlo, nena me quieres
recuerdo todo lo que tú me dijiste ayer
cuando bailábamos juntos
en Saturno
cuando bailábamos juntos
en saturno con los pies desnudos, desnudos, desnudos


Recuerdo todo lo que tu me dijiste ayer
cuando bailábamos
recuerdo todo lo que tu me dijiste ayer
cuando bailábamos
recuerdo todo lo que tu me dijiste ayer
cuando bailábamos juntos, en Saturno, cuando bailábamos juntos en Saturno, en Saturno, en Saturno, desnudos, desnudos







Supongo que esto resume el día de ayer.





sábado, 19 de noviembre de 2011

On the road


Fuimos a Nueva York –olvidé lo que pasó, excepto que eran dos chicas de color− pero las chicas no estaban; se suponía que íbamos a encontrarnos con ellas para cenar y no aparecieron. Fuimos hasta el aparcamiento donde Dean tenía unas cuantas cosas que hacer –cambiarse de ropa en un cobertizo trasero y peinarse un poco ante un espejo roto, y cosas así− y a continuación nos las piramos. Y ésa fue la noche en que Dean conoció a Carlo Marx. Y cuando Dean conoció a Carlo Marx pasó algo tremendo. Eran dos mentes agudas y se adaptaron el uno al otro como el guante a la mano. Dos ojos penetrantes se miraron en dos ojos penetrantes: el tipo santo de mente resplandeciente, y el tipo melancólico y poético de mente sombría que es Carlo Marx. Desde ese momento vi muy poco a Dean, y me molestó un poco, además. Sus energías se habían encontrado; comparado con ellos yo era un retrasado mental, no conseguía seguirles. Todo el loco torbellino de todo lo que iba a pasar empezó entonces; aquel torbellino que mezclaría a todos mis amigos y a todo lo que quedaba de mi familia en una gran nube de polvo sobre la Noche Americana. Carlo le habló del viejo Bull Lee, de Elmer Hassel, de Jane: Lee estaba en Texas cultivando yerba, Hassel, en la cárcel de isla de Riker, Jane perdida por Times Square en una alucinación de benzedrina, con hijita en los brazos y terminando en Bellevue. Y Dean le habló a Carlo de gente desconocida del Oeste como Tommy Snark, el tiburón de pata de palo de los billares, tahúr y maricón sagrado. Le habló de Roy Johnson, del gran Ed Dunkel, de sus troncos de la niñez, sus amigos de la calle, de sus innumerables chicas y de las orgías y las películas pornográficas, de sus héroes, heroínas y aventuras. Corrían calle abajo juntos, entendiéndolo todo del modo en que lo hacían aquellos primeros días, y que más tarde sería más triste y perceptivo y tenue. Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un “¡Ahhh!”. ¿Cómo se llamaban estos jóvenes en la Alemania de Goethe? Se dedicaban exclusivamente a aprender a escribir, como le pasaba a Carlo, y lo primero que pasó era que Dean le atacaba con su enorme alma rebosando amor como únicamente es capaz de tener un convicto.


Jack Kerouac, On the road, 1951.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Almuerzo de remeros



Te lo pasabas bien. Charlabas. Reías. Decías ‘hola’ y ‘nos vemos luego’. Bailabas. Mirabas. Buscabas. Perdías el tiempo. Bebías. Cantabas. Entrabas y salías. Seguías el guión. Y te lo encontraste. La cosa sigue como siempre a pesar de lo que puedas pensar. Te falta tiempo para saltarte la dieta y darle un mordisco al dulce chocolate del plan fallido, para saltarte el guión e improvisar tus propias líneas. No importa, estás contenta. A pesar de que eso sea muy diferente a ser feliz. Sigues con tu rollo de ‘quién es la dura aquí’ y prefieres evadirte y mirar hacia otro lado, sabiendo que, aunque es tu especialidad, no suele funcionar, y sigues bailando, a pesar de detestar esa música. En realidad, estás contenta, y mucho. Hace calor, mucho calor. Sales de escena y le ves en los camerinos. No, a él no, a otro, otro de muchos. Está más guapo que la semana pasada, pero menos que cuando jugabais al escondite –literalmente-. Te giras, y el primero, al que por comodidad llamaremos Uno, ya no está. Quién sabe si se habrá subido al escenario o simplemente abandonado el teatro. Pero Dos sigue ahí. Lejos, muy lejos. Te sientes como la fille au verre d’eau. Aunque está en el centro del cuadro, o de la pista, o de la escena, no es, con mucho, el personaje principal; su mirada está ausente, pensando en alguien que no está comiendo liebres con setas, ni siquiera gofres con mermelada, como los niños. Estás tan ausente que miras al suelo, y encuentras dinero. No es la primera vez; hubo una época en la que podrías haberte hecho rica de tanto mirarte los zapatos. Pero hacía mucho tiempo que no pasaba. Necesitas aire otra vez, y ahí están Dos y Tres. Vuelves a entrar, vuelves a salir. Uno aparece en escena. Y también Cuatro. Ese sí que fue un buen amor de película. O de obra de teatro. Desde la primera línea del guión. Bueno, no, que la obra es muy larga. Te sientes estúpida porque hubo un tiempo en el que él también te quiso, pero no supiste aprovecharlo. Hace un mes podrías haber conseguido un masivo éxito de taquilla. A pesar de haber escrito madera pa escenarios. Estás contenta de verle y de poder compartir instrucciones artísticas con él. Uno te invita a subir al palco y a verlo todo desde allí. Prefieres el patio de butacas, pero accedes, porque además sabes que Cuatro también está disfrutando de la representación desde arriba. A un lado del cuadrilátero, Lechuza Mascamuelas, con sus 34 toneladas de infantilidad, y al otro, Hombre/Lorza-Andante, el nombre lo dice todo. Y a pesar de eso, te sientes sola. Cuatro te encanta. Y Uno… Uno también. De tanto mirar a uno y al otro lado del ring, te mareas. El calor es insoportable. Te agobias. Necesitas bajar del palco y reunirte con el pueblo llano. Cuatro también se siente solo y se reúne contigo. Pero se va. Uno aparece y te abraza. La presión del público, el calor que desprenden las luces del escenario, el temor a no saberte tus líneas y la sensación de no pertenecer a esa representación, sino a una propia. Uno te cuenta una historia mientras ves a Cuatro alejarse. Estás ausente, pero escuchas igualmente. La cosa va así: a Mermelada le parece que hace buena pareja con Pan, pero éste prefiere estar con Mantequilla, con quien estaba antes de conocer a Mermelada. Mermelada y Mantequilla se repelen, y Pan tiene que estar con alguien, porque al fin y al cabo, ¿a quién le gusta desayunar pan solo? Mermelada siente que Pan sólo le hace caso para quitarle la grasilla que Mantequilla le ha dejado encima, y se suma en la más profunda miseria. Y se quiere volver al tarro de donde salió. Pero aún es pronto. Mermelada se despide de Pan secamente porque Árbol está mirando. Aún así, no tenía ganas de más. Vuelve al tarro y a pesar de acostarse con una sensación de malestar, sabe que sólo es pasajero, nada serio, nadie sabe lo que va a pasar mañana ni con qué se encontrará la futura Mermelada, pero antes de dormir escribe estas líneas adolescentes porque mañana ya no está inspirada. De emociones vive el hombre, o la mermelada, y las más creativas son también las más negativas. No hay arte sin emoción.



La versión explícita y libre de metáforas está en tumblr.

sábado, 12 de noviembre de 2011

It sucks

Jack: hey, you know what sucks?
Lindsey: vacuums
Jack: hey, you know what sucks in a metaphorical sense?
Lindsey: black holes
Jack: hey, you know what just isn’t cool?
Lindsey: lava



domingo, 6 de noviembre de 2011

You probably couldn't see for the lights but you were looking straight at me



One look sends it coursing through the veins oh how the feeling races
Back up to their brains to form expressions on there stupid faces
They don't want to say hello
Like I want to say hello
Oh the heartbeats at its peak when you're coming up to speak

And I'm so tense, never tenser
Could all go a bit Frank Spencer?
I'm talking gibberish, tip of the tongue but I can't deliver it
...Properly, oh it’s all getting on top of me
And if it weren't this dark you'd see how red my face has gone

Everybody's trying to crack the jokes and that to make you smile
Those that claim that they're not showing off are drowning in denial
They're not half as bad as me say anything and I'll agree
When it comes to acting up, I'm sure I could write the book

And now that you’re more than a part in the play
It’s slightly easier to think what to say
You had us all, standing on our heads
Doing our best tricks

Never again, will there be another one that's as desirable as you


miércoles, 2 de noviembre de 2011

Moi je joue





Moi je joue
Moi je joue à joue contre joue
Je veux jouer à joue contre vous
Mais vous, le voulez-vous?
De tout coeur
Je veux gagner ce coeur à coeur
Vous connaissez mon jeu par coeur
Alors défendez-vous

Sans tricher, je vous le promets
J'ai gagné, tant pis c'est bien fait
Vous êtes mon jouet
A présent, ce ne sera plus vous mais toi
Et tu feras ca t'apprendra
N'importe quoi pour moi

Sans m'en faire, je vais t'assurer
Un enfer de griffes et de crocs
Tu crieras bientot
"Au secours"
Alors décidant de ton sort
Pour m'éviter quelques remords
Je t'aimerai plus fort
Oh oui plus fort
Oh oui oui oui, plus fort
Oh la la...


Je joue à joue contre joue? Eso me recuerda a algo...

lunes, 31 de octubre de 2011

Poupée de cire, poupée de son


Es increíble que, mientras miraba las recomendaciones de last.fm, es decir, Jane BirkinBrigitte BardotBlack KidsChiara MastroianniMarianne FaithfulCharlotte GainsbourgFoster the People y tal, encontré a France Gall, y pensé que tenía que estar bien, por la foto y eso, muy beatnick, así que fui a Spotify y me puse a mirar canciones suyas al mismo tiempo que hablaba con Manu sobre cosas, y vi que una de sus canciones más populares se llamaba Poupée de cire, poupée de son, y le di al play y de repente me dice Manu: poupée de cire, poupée de son. Me sentí muy vigilada, y empecé a chiflar tal que así:

  • Manuel: Poupée de cire, poupée de son
  • Yo: COMO CONOCES ESO?
  • DE DONDE LO HAS SACADO?
  • QUE HACES?
  • ME ESTAS VIENDO?
  • dios
  • estoy alucinando
  • RESPONDE
  • Manuel: jajajajajajajajaja
  • lo se todo querida
  • Yo: no me lo puedo creer
  • ahora mismo estaba viendo recomendaciones de last.fm
  • y me sale: France Gall
  •  en común con Jane Birkin, Serge Gainsbourg, Brigitte Bardot, Françoise Hardy
  • Manuel: pero lo escribi
  • sin pensar
  • Yo: no, calla
  • entonces fui a Spotify
  • y busque: france Gall
  • y leo: poupee no se que
  • le doy al play
  • y tres segundos despues lo sueltas!
  • así sin más!
  • DIOS
  • estoy alucinando
  • pero qué es, que conoces la canción o te vino la inspiración?
  • Manuel: no se
  • me salio
  • la escuche hace dias
  • y me encanto
  • es muy retro
  • muy guay
  • somos afines!




    • Y así es como he entrado en un estado de alucinamiento permanente del que probablemente tarde mucho en salir. 




    Y se me olvidaba comentar que Manu es el chico más guapo y sagaz del mundo. ¿Contento?

miércoles, 26 de octubre de 2011

Cucumber sandwich

'Even then, my dear, I wondered a little. It seemed to me that there was something a little gentelmanly about your painting. You must remember I am not English; I cannot understand this keen zest to be well-bred. English snobbery is more macabre to me even than English morals. However, I said, "Charles has done something delicious. What will he do next?"
'The next thing I saw was your very handsome volume - "Village and Provincial Architecture", was it called? Quite a tome, my dear, and what did I find? Charm again. "Not quite my cup of tea", I thought; "this is too English." I have the fancy for rather spicy things, you know, not for the shade of the cedar tree, the cucumber sandwich, the silver cream-jug, the English girl dressed in whatever English girls do wear for tennis - not that, not Jane Austen, not M-m-miss M-m-mitford. Then, to be frank, dear Charles, I despaired of you. "I am a degenerate old d-d-dago," I said "and Charles - I speak of your art, my dear -  is a dean's daughter in flowered muslin."




Brideshead revisited, Evelyn Vaugh

domingo, 23 de octubre de 2011

Mon oncle

SINOPSIS
En un barrio moderno y anódino, donde todo está excesivamente organizado, viven monsieur Arpel, su esposa y su hijo Gérard, que se aburre soberanamente. La llegada de su tío, monsieur Hulot, un personaje soñador y lleno de fantasía, alterará ese mundo tan aséptico, sobre todo porque no tarda en convertirse en el mejor amigo de su sobrino.


CRÍTICAS
Los franceses hacen la tortilla sin patatas y las comedias sin humor. El resultado es el mismo: ni la tortilla francesa ni las comedias galas tienen la más mínima gracia. La excepción a la regla es, por supuesto, Jacques Tati. Un prodigio de elegancia, originalidad y sutileza, combinadas con un inmaculado sentido del humor y la ironía. Ésta es, sin duda, su mejor película: una parodia blanca de la vida moderna y ultratecnificada, a la que contrapone el encanto y la calidez de la vida tradicional. Si Chaplin diseccionó impecablemente las servidumbres que la técnica implicaba para el obrero en "Tiempos modernos", Tati, su digno sucesor, nos muestra las que supone para el burgués, sacando así a la luz el absurdo y la pomposidad de nuestra sociedad. Todo ello, a través de las meteduras de pata del entrañable Monsieur Hulot y las trastadas de su travieso sobrino. Para el recuerdo, la fiesta en el jardín: "El guateque", a su lado, es de una chabacanería insoportable. (Daniel Andreas: FILMAFFINITY) 




domingo, 16 de octubre de 2011

Paintball

El viernes, después de sentirme ultraculpable por haber pirado media hora de teatro para quedar y llegar más o menos a la hora, con Gabriela, Violina, Pedrojo, Leticia y Tolik, e ir a la Antigua, como todos los viernes, y de encontrarme con mis padres cuando debería de estar en teatro -no se dieron cuenta, o no se quisieron dar cuenta-, así que nada, fuimos y tal, y allí estaban Patricio, Marcos, y luego vino más gente, y nada, lo de siempre, billar y cartas. Pusieron tropecientas mil canciones locas, como Bye bye bye, Where did all the love go, The Fallen, The first girl who got a kiss without a please, y tal. Luego, por petición popular, fuimos al Diario Roma, etc. Y eso. Lo gracioso es que me acosté pensando en qué pasaría ayer sábado, pero como si fuera mañana, porque como era viernes pues era el día siguiente. Porque sabía exactamente lo que iba a pasar. Estaba totalmente segura. Y soñé con ello. Pero tal cual. Salvo algunas diferencias espacio-temporales, todo era exactamente como debía ser. Incluso la ropa, creo. Como estaba programado. Estaba clarísimo. Y lo más gracioso es que la realidad fue completamente distinta a lo que parecía que sería. Completamente. Y no entiendo por qué. Pero totalmente diferente. A veces pasa que tienes una cosa en mente todo el día, toda la semana, todo el mes, y de repente, sin darte cuenta, llega otra y te eclipsa la anterior. O tienes una lista de prioridades, y la que hoy está en lo más alto, mañana no, por las circunstancias que sean. Y no sé qué habría preferido, pero fue genial. Lo malo fue que nos tomamos un café mortífero y no conseguí conciliar el sueño en toda la noche, estuve dando vueltas y vueltas y me dormía y me despertaba y tenía calor y frío y pensaba, pensaba, pensaba. Sin parar. Y escuchando esta canción. 



 

jueves, 13 de octubre de 2011

Moscatel

El martes, un día espléndido, después de la reunión sobre el viaje de estudios del conservatorio, quedé con Gabriela para ir a casa de Patricio. Y eso, fuimos y tal, y estaban allí Elena y Amanda -que se acopló por la calle- y veo cinco copas y una botella de champagne en la mesa del salón, y entonces me quedé patidifusa. Y Patricio se dispuso a enseñarnos la casa, todo requetefabuloso, bueno, salvo la cocina, que el microondas tenía que estar en el aseo, pero eso es algo que se permite, porque el resto de la casa era genial. Cuadros de Miró y de Klimt por todas las paredes -falsos, por supuesto, que Patricio es rico, pero tanto tanto, no-, sofás de cuero... Su habitación era como un mausoleo Ferrari, tenía de todo, hasta los camiones de Ferrari de Lego que me gustaban a mí cuando era pequeña -o no tan pequeña-, pero no tenía el camión, eso fue una decepción. Me encantó que en su propia habitación tuviera películas como Quadrophenia y cosas así, y discos de los Rolling Stones y el que tiene mi madre de Mecano y libros que también tenía yo en mi estantería. Luego nos enseñó su habitación de verdad, y lo más importante, su armario. Una barra entera para sus americanas, tropecientas camisas perfectamente dobladas, cajas y cajas de zapatos, de polos, de camisas que ya no utiliza, de bufandas, de cinturones... Había muchos armarios por el pasillo, incluso demasiados. La habitación de sus padres, perfecta. Cajas y cajas de relojes, un póster del David de Miguel Ángel, bolsos, bolsos y más bolsos, el salón con muchísimas figuritas de Sargadelos y más y más coches, el estudio de su padre con montones de libros y revistas de arquitectura, un comedor frente a la galería, y por fin, la terraza. Una terraza inmensa desde la que se veía absolutamente todo -incluso al vecino de al lado viendo Pasapalabra-. Hacía calor y soplaba una ligera brisa. Sacamos unas tumbonas y nos tiramos a seguir bebiendo champagne como si no hubiera un mañana. Bajo un éxtasis de placer y fabulosidad, charlamos y charlamos. Sólo faltaba una pequeña hoguera en el centro. Iba a poner una foto pero no se pueden descargar.

sábado, 1 de octubre de 2011

Waugh

      "Un día descubrimos en un armario una gran caja de laca japonesa que contenía pinturas al óleo todavía frescas.
      -Mamá las compró hace un par de años. Alguien le dijo que sólo se podía apreciar la belleza del mundo intentando pintarla. Nos reímos mucho de ella. Era totalmente incapaz de dibujar, y por brillantes que fueran los colores dentro del tubo, cuando los mezclaba le salía siempre una especie de tono caqui.
      Algunas manchas borrosas sobre la paleta lo confirmaban."

viernes, 23 de septiembre de 2011

Chez Voiture

El viernes Carmen y yo comimos Chez Voiture de la que íbamos al conservatorio a elegir piano, mientras le enseñábamos a Bruno las empanadas recién hechas por la ventanilla y moría de hambre y de envidia mientras nosotras llenábamos nuestro puchero en cinco minutos. Luego salimos por ahí y bla bla bla tras la reunión del Medievo.
El sábado Agapita visitó la casa de Carmen para dejarle una sorpresilla en el portal, pero me escondí detrás de una pared y me vio, así que eché a correr. Luego bla bla bla vueltas y más vueltas.
El martes, al salir de clase, le dije a Amada que viniera a mi casa, y fue en autobús y luego fuimos andando y me hizo un peeling facial meientras tomábamos el sol y esas cosas. A las ocho menos algo fuimos caminando al bus pero mi vecino, Jesús, el gallego, la confundió conmigo, y entonces empezamos a hablar -hacía dos años que no intercambiábamos palabra- y dijo que sí queríamos, que en vez de caminar a la parada del autobús nos llevaba él en cuanto se cambiase la ropa de la huerta. Entonces nos subimos a su coche y claro, yo no sabía de qué hablarle, así que le pregunté por sus animales, y dijo, con acento gallego, que le daba mucha pena matarlos cuando se ponían malos o cuando se reproducían demasiado y tal, luego hablamos de la universidad y eso, y se pasó la parada de largo, y yo le dije que no se molestase pero él me contestó que me llevaría cuando quisiera, que le quedaba de paso y tal. Entonces nos llevó a enfrente del Calatrava, que es donde vive él, y dijo -imaginárselo con acento gallego es totalmente indispensable-: 'Ya verás cuando me vea Emilita -su mujer- saliendo con dos mocinas jóvenes del coche, me va a reñir' y yo le respondí: 'Es cierto, qué tal Emilita?' a lo que contestó: 'Está muy bien, bueno, la semana pasada le pusieron la cadera, y el mes que viene le ponen la rodilla...'. Pensé que moría de la risa. Amada decía que si era Mr. Potato. De sólo imaginármela se me caían las lágrimas. Vale, exagero. Ahora hablaré un poco de Jesús: es policía, gallego, y vivió en Inglaterra cuando era joven. Tiene los ojos azules y no es feo para su edad, aunque se parece a José Coronado, el de los yogures, pero con el pelo blanco y camisa de pueblo. A Jesús le gusta: decirle '¡prrrrrrrrrrrrrrrr!' a las ovejas con una voz aguda, ponerle un palo colgando del cuello a su perra para que no se escape, y llenar el arcón congelador de cosas que jamás va a utilizar. Su mujer, Emilita, nació con una pierna más corta que la otra porque en el parto tiraron de ella y se le desencajaron los huesos. 70 y pico años después, se los han vuelto a encajar. A Emilita le gusta: caminar por ahí con la pata chula, espiar a sus vecinos -nosotros- por la ventana y picarles en el cristal cuando están repanchingados durmiendo la siesta en el sofá, y restregar ajos cuando una abeja te pica en la mano. Si os dais cuenta, esto es de Amélie. Bueno, pues eso es todo. Ahora están ambos jubilados y vienen por las tardes, de vez en cuando, a cuidar a sus animales, a saber: gatos perros gallinas ovejas abejas conejos gusanos pulpos -no, eso no-. No he puesto comas porque así queda más fluido a la hora de leerlo. Bueno, total, que llegamos a casa de Amada, y ahí estaba Elena, castigada, y su hermana Sofía. Vimos Sexo en Nueva York, Elena y yo paseamos al perro, Isaías apareció de la nada en medio de un paso de cebra, charlamos, cenamos, nos tiramos en la cama a hacer el gilimemo, Gabriela pasó a buscarnos en coche, fuimos a una casa a ver los fuegos, comimos pizza, nos deleitamos con unos chicos alternatas, vimos los fuegos desde el jardín, luego estuvimos ahí un rato sin hacer nada y luego fuimos a Oviedo a dar una vuelta y tal, nos encontramos a Isaías otra vez y charlamos un rato, pero me quedaba un cuarto de hora hasta que viniera mi padre a buscarme, que el pobre no había dormido nada, y a las 3:00 me sobé como un angelito.
El miércoles fui a casa de Elena a las cinco y media, a pesar de que tengo unas ganas locas de dormir la siesta, nos tiramos en la cama, cantamos la de All about you, hicimos el memo un rato, luego a las 19:00 se fueron a Grao a inglés, yo me fui a casa de mi abuela a hacerle una visita a la pobre, que la tengo abandonaica, comí tarta de pera que hizo ella, me tiré en el sofá, vi el final de Annie Hall, Sexo en Nueva York, Mujeres desesperadas y creo que ya y me apetecía poquísimo salir porque estaba muy cómoda tiradísima en el sofá semidurmiendo, pero a las 22:00 quedé con Elena y fuimos al concierto, nos dio tiempo a ver a los Stormy Mondays y tal, y luego nos reunimos con Marcos y Patric y Alba Melchor y tal para ver Fangoria, y nada, lo vimos, estuvo bien y tal pero había demasiado espectáculo para mi gusto, luego ocurrió el incidente con la señora de al lado, menos mal que Marcos estaba ahí para defenderme con su gorrito de bar mitzvah -mentira lo anterior- y luego nos fuimos y la señora siguió a la carga, luego fuimos a la parte de atrás del escenario para que nos firmase, esperamos ahí media eternidad, Alba se fue, luego salió Alaska, firmó a un par, se sacó una foto y ya, y Marcos y Patricio la persiguieron mientras ella iba en furgoneta y ya. Marcos se fue y Patricio y yo fuimos a ver mis esperadísimos Delorean, me encontré con Martín, Patric se fue, estuve con él un rato charlando y luego quedé con mi padre, que también estaba viendo el concierto, lo disfrutamos juntos como el año pasado en Lisboa, acabó a las 2:30, nos fuimos a casa, dormí a las 3:00 y me desperté a las 7:04.
El jueves fuimos a clase y tal, luego por la tarde no tuve análisis, así que fui a las 17:30 a historia de la música -paso de las mayúsculas-, luego a piano, la clase que más temí todo el verano, y que sorprendentemente me salió mal a pesar de no haber tocado en dos semanas, incluso dijo que estaba muy bien leídos los estudios y la sonata, luego fui a músicas modernas populares o como a mí me gusta llamarlo historia del rock, se me cayeron las bragas con Finca como trece veces en toda la clase, me nombró delegada -ya tengo medio punto más-, nos explicó el programa, lo que íbamos a hacer en clase, los trabajos de fin de curso -a mí me tocó rock alternativo- -bueno, más bien supliqué por él-, luego nos fuimos Amanda y yo a dar una vuelta antes del concierto de Russian Red, nos encontramos con Xuan, Violina y tal, empezó, me encantó me encantó me encantó y mil veces me encantó, tocó sus mejores canciones: They don't believe, Cigarettes y Take me home del primer disco y I hate you but I love you, Mi canción 7, Fuerteventura, January 14th, The sun the trees, Everyday everynight, The memory is cruel y Tarantino del segundo, y un par de canciones de bandas sonoras que había puesto recientemente. Tocó con Charly no sé qué, el de siempre, y con Manuel Cabezalí, el de Havalina. Y me encantó. Cuando acabó fui a buscar a mi hermana con Elena, que había venido luego, dimos una vuelta y luego fui con mi hermana a la parte de atrás del escenario, pero a las 23:30 papá llamó diciendo que fuéramos, y el guardia de seguridad dijo que iba a tardar en salir porque estaba con unos amigos, y al lado teníamos a una tía muy creída, así que fuimos a la plaza del Paraguas, donde estaban mis padres tomando algo con los Mojardín, nos fuimos a casa y a las 00:30 me puse a escuchar Russian Red a lo loco y luego me dormí.

lunes, 19 de septiembre de 2011

En una escala del uno al diez, ¿cómo de caraculo te consideras?
Depende del ángulo, me explico. No desde todos los lugares de mi cara es igual de parecida a un culo. Posiblemente un 5 haciendo la media de todas las posibilidades teniendo en cuenta que de frente sería un 10 y de espaldas un 0.
Hace 23 horas aproximadamente


http://ask.fm/XuanSextilis

martes, 13 de septiembre de 2011

López

El jueves estuve en Llanes, en las fiestas de la Guía y tal, aprovechando para ventilar el traje de llanisca, y esas cosas, el maldito traje que pesaba un congo y medio. Y nada, eso, pasando calor con cinco capas encima en el desfile, al sol, agitando la pandereta, hasta subir a la basílica, muy agobiante. Después de bailes y bla bla bla fuimos a comer por fin, y hacía un calor horrible y eso, así que me quité la chaqueta, la solitaria, el mandil y eso, pero todavía quedaban como cinco capas, así que no solucioné mucho.Y bueno, comimos y tal y paseamos por ahí, tomamos algo y eso y al atardecer nos fuimos a casa a hacer la maleta para irnos a A Coruña. Y nada, al día siguiente fuimos, pero como los padrinos trabajaban y hasta las seis y media o así no iban a ir a Montrove, pues como pasábamos por Barayo, la playa a la que vamos siempre, un poco más allá de Luarca, y hacía tan buen día, fuimos y comimos allí y eso y hacía muchísimo calor, pero aproveché para ponerme morena y que me dure más por el invierno y esas cosas. Y luego, como a las cuatro, nos fuimos de la playa caminando bajo el calor agobiante y nada, me pasé desde que salimos de casa, como a las once, hasta las siete y pico que llegamos a Montrove, escuchando música, sólo parando para comer y bañarme, y quedé ciertamente harta.
Total, que llegamos y eso y me dice Tito -mi padrino- que si conozco a Xoel López, y yo le dije que sí, y me dice que un profesor de la Escuela de Arquitectura de A Coruña -que fue donde mi padre y mi padrino se conocieron y tal- es el padre de Xoel López y no sé qué y que a pesar de ser coruñés ellos no lo conocían -claro, sólo escuchan música clásica, lo demás es terreno minado para ellos- y bla bla bla. El siguiente tema de conversación fue Londres, y no se dejó de hablar de ello hasta el domingo, cuando nos fuimos. Decían más cosas mi padre y mi padrino en inglés que en español. Nos contaron sus aventuras por Londres -porque fue con quienes nos encontramos aquel jueves en Southbank- y tal, y nosotros las nuestras, y eso, mientras se tomaban un té con un bizcocho holandés de jengibre, si es que se escribe así. Luego hablaron de Tokio Blues, el libro este de Murakami, y luego cenamos, y cómo no, Xurxo -el ahijado de mis padres y el hijo de mis padrinos- acaparó todo el pulpo. Tras algo más de charla sobre lo fabulosa que es Inglaterra, Xurxo, Luzía y yo fuimos a dar una vuelta por la finca. Es que la casa de mis padrinos en Montrove, que es un pueblo que está al ladísimo de A Coruña, es muy, pero que muy bonita. Tiene una cancha de tenis, un montón de árboles, aceras a los lados y pegadas a los muros, dos jardinitos con mesas y sillas para tomar el té, un porche, una mecedora, jardinitos normales, una terraza, un pozo... Y también tiene un desván pero nunca nos atrevimos a subir así que mejor no. Además estaba muy oscuro y sólo teníamos una linterna de juguete que usábamos cuando también enchufábamos la margarita de Imaginarium a una manguera y nos chiscaba cuando éramos pequeños y yo tenía aquel bañador de cactus que tanto me gustaba. Y luego subimos arriba a jugar al Monopoly y a ver Casino y eso, mientras nuestros padres seguían hablando sobre Inglaterra en la parte de abajo. Cuando acabó la película nos fuimos a dormir en nuestros sacos y no pegué mucho ojo porque no tenía superglue.
Al día siguiente nos levantamos y fue horrible, tan horrible como puede llegar a ser despertarse en un saco de dormir con un chorro de baba y todos apretujados. Y desayunamos y eso y al final decidimos ir a A Coruña a dar un paseo y tal y vi la Escuela de Arte y es un edificio precioso y siguieron hablando de Inglaterra y bla bla bla y hacía como tropecientos mil grados y fuimos a casa y comimos y luego jugamos al Monopoly más aún mientras nuestros padres tomaban un tçe y luego a eso de las seis fuimos a un sitio que quedaba en el quinto pino, que era una reserva natural o algo así y caminamos y caminamos y caminamos hasta cansarnos y luego dimos la vuelta y seguimos caminando y encontramos en el suelo un libro de recetas de arroces que venía con el país hace cinco años y luego una guía de flora del parque y no sé qué. Luego fuimos al pueblo de al lado a tomar un té -otro- a un restaurante encantador y tal y luego se hizo de noche y fuimos a ver un tejo que tenía una verja y unas escaleras y tenía pisos, o sea, es decir, al lado del tronco había unas escaleras de caracol de hierro, y subías y tenía un piso de madera sujeto en las ramas, y luego seguías subiendo y en la copa, en lo alto del árbol, tenía una terraza de madera también y era altísimo. Y nada, luego nos fuimos a Montrove, cenamos, nuestros padres se tomaron otro té -con el del desayuno ya iban cuatro-, y pusieron la radio para escuchar el último Prom del Royal Festival Hall del año, con el pianista Lang Lang y bla bla bla. Los ingleses adoran eso, y mi padrino, que adora a los ingleses, pues también adora eso, pero mayormente por imitación. Sólo escuchamos el final, y tocaron dos veces el Auld Lang Syne y una de Sonrisas y lágrimas y se oía al público emocionadísimo y mis padres también, y nada, luego jugamos al monopoly, fuimos a ver Cazados en la MTV y Princesa por sorpresa 2 y luego nos fuimos a dormir otra vez.
Al día siguiente, como siempre, nos levantamos, desayunamos etc, y luego fuimos a Santa Cruz, que es una playa con un castillo en una isla que hay un poco más lejos, y como estaba, como he dicho, un poco más lejos, fuimos andando, pero claro, quedaba un poco más lejos en coche, andando estaba como a una eternidad de allí. Nos tomamos algo en Santa Cruz, busqué desesperadamente una red wifi sin contraseña y sorprendentemente encontré una a la que me había conectado el año pasado, según parece, porque decía que era "conocida", pero estaba muy lejos de la cafetería así que nada. Luego caminamos y caminamos y caminamos pero con lo cansada que estaba y lo poco que había dormido, mi padre tuvo que ir empujándome por las cuestas y me llevó el bolso de mimbre porque no podía más. Él tampoco, pero es todo un caballero. Por el camino vimos tropecientas casas modernas, de las que les gustan a mi padre y a mi padrino, bueno, y a mí, y a Chiqui, mi madrina, y a mi madre y a todo el mundo, y entonces es cuando yo me pregunto: ¿por qué mi padre, un promotor de la arquitectura eficiente y ergonómica, de la línea recta y de la fachada blanca, de la cristalera hasta el suelo, diseñó una casa, su propia casa, de ladrillo marrón, con ventanas de tamaño mediano, y nada parecida a sus ideales? En fin. Luego comimos y eso y seguimos hablando de Inglaterra y luego nos fuimos de vuelta a Oviedo por fin, porque Xurxo volvió a acaparar todo el pulpo, y las patatas de la cafetería, y todo, y es un malcriado y me estaba poniendo del hígado. Por el camino paramos en Luarca y ya. Me alegré de volver porque no podía más.



La letra es demasiado cierta. Es la única canción de Xoel López que escuché en mi vida, una vez en Radio 3 de la que volvía a casa de las fiestas de Montecerrao. Nunca más. Pero la letra es demasiado cierta. 

lunes, 22 de agosto de 2011

Muy mono

El viernes fui al Monkey Day en la Laboral, y estuvo genial. Mirad cómo mola, tienen hasta un anuncio.



A las cuatro me cepillé el pelo muy pero que muy rápido y salí de casa corriendo para comprar algo para cenar y luego fui a la estación de Llamaquique a coger el tren, pero al final me sobró un cuarto de hora, así que menos mal que le robé los auriculares a Luzía, porque si no me habría aburrido mucho. Y nada, llegué a Gijón, y había quedado con Raquel en la estación, y su padre nos llevó en coche, lo cual fue mucho mejor que coger el autobús, y cuando llegamos eran como las seis más o menos, y fuimos a la terraza, donde había una cafetería con tumbonas para tomar el sol, y nos sentamos en la fuente mientras charlábamos y veíamos El patio de tu casa y Willy Naves, los primeros demasiado poperos y los segundos muy bien hasta que empezaban a cantar.


Luego no me acuerdo muy bien, pero creo que fuimos a la plaza, porque habían empezado Chiquita y Chatarra, que sin duda era mucho mejor que escuchar la lastimera voz de Willy Naves, y me gustó bastante, incluso tengo música de ellas en el iPod, que por cierto lo tengo pegado con celo, porque se me rompió, y bueno, el caso es que eran dos chicas que tocaban muy bien, batería y bajo.
Y nada, ahí estábamos Raquel y yo, charlando, y luego vinieron Charles y Dacosta, y también estaba Erik por ahí, pero sin su fabulosa banda, y empezó The New Raemon, que me gustó mucho, porque empezaron con Lo bello y lo bestia, creo, pero no tocaron Te debo un baile, que sin duda es mi canción favorita de ellos, pero bueno, estuvo muy bien igual, aunque me decepcionaron por no tocar esa y tantas del disco nuevo, y he de reconocer que me enfadé bastante. Pero le perdono.

Luego esperamos sentados ahí en unos escalones haciendo cómics por detrás de la invitación a la fiesta de después del concierto a que llegaran We Are Standard, la banda más, no sé, más genial del País Vasco, por no decir de todo el norte del país, pero con la página más ruidosa y chirriante del mundo. Y qué decir tiene, estuvieron a-lu-ci-nan-tes. Creo que recuerdo todas las canciones que tocaron y prácticamente en orden: Other lips, other kisses, una nueva que estrenarán en septiembre y que tocaron tres veces, Don't let the children play around, The last time, The first girl who got a kiss without a please, Bye bye bye, On the floor y I'm waiting for the man. Igual alguna de éstas no la tocaron, pero estaba tan extasiada que no me acuerdo. Pero es que en serio, fue la leche, pienso ir a todos los conciertos suyos a los que pueda. El pobre hombre que canta -no tengo ni idea de su nombre- tenía el codo roto, pero aún así nos hizo bailar y saltar y uf, me encantó. Y allí estábamos, en primera fila, delante del cantante, en medio del escenario, y yo al menos dándolo todo. En serio, fue genial. Alucinante. Asombroso. Maravilloso. Yo creo que fue el mejor concierto al que fui en mi entera vida, y he ido a unos cuantos. Incluso mejor que el de Vampire Weekend, creo. Así que imagínate.



Tras salir de mi maravilloso estado de alucinación mental y calmarme un poco de tanta agitación y embelesamiento mientras cambiaban el escenario y cenábamos algo, llegó Delorean -el coche fantástico no, la banda- que estuvo bastante bien y eso, pero no sé, me decepcionaron un poco, puede que haya sido porque esperaba más de ellos o porque We Are Standard habían puesto el listón muy alto. A ver, que lo hicieron muy bien y eso, tocaron las canciones geniales, abriendo con Stay close, Deli, Seasun, Real love, As time breaks off y alguna más por ahí, pero alargaban mucho el principio de las canciones, aunque estuvieron muy bien igual, y por eso pienso volver a verlos en San Mateo. Y papá también va a ir. Me gustó, a pesar de la leve y ligera decepción.




Llamé a Carmen y a Amanda en el descanso, a Amanda para ver qué era de su vida y para contarle qué tal, y a Carmen, para felicitarla, que en diez minutos era su cumpleaños. Después vinieron Cansei de Ser Sexy. Tenía altas expectativas con esta banda, porque bueno, eran brasileños, hacían buena música, no sé, tenían pinta de ser algo diferente y eso. Y lo eran, pero no me gustaron tanto, puede ser porque no tocaron sus mejores canciones, sólo Alala, Music is my hot sex y Let's make love and listen death from above. La cantante estaba loquísima, llevaba un traje de torero de esos y luego se quitaba cosas de repente y acabó con una camiseta roja y unas medias rotas y unos vaqueros cortos y desfasaba muchísimo por el escenario, como una chiflada, y los de al lado como locos metiéndose de todo y más p'allá que p'acá. Pero lo hicieron bien, jolín. Me faltó la de Superafim sobretodo, porque tocaron demasiadas canciones nuevas. Pero la tía saltaba con tanta energía y trotaba tanto por ahí que te daban ganas de bailar igual.

Y por fin llegó el momento que todos estaban deseando. Mogwai. Aunque tardaron un montón en montarles el escenario a los escoceses, obviamente mereció la pena. Tenían su propia batería y una pantalla detrás en la que proyectaban vídeos y cosas. Ampliaron el escenario de repente y estuvo muy bien, aunque como empezó a la 01:30 de la mañana, se salía de mi estricto horario de sueño, y claro, se me cerraban un poquitín los ojos. Lo que más me sorprendió fue que en la pantalla salía una imagen como la de la portada de Hardcore will never die, but you will, que luego vi en la peli de Barbra Streisand El príncipe de las mareas, y que me tiene loca porque por más que miro en internet no sé dónde es y odio querer saber algo y no poder saberlo, es una sensación horrible, llevo como una hora buscándolo y nada. Es algún sitio del East River de Nueva York, cerca de Brooklyn, supongo, hacia Long Island, con rascacielos a un lado, pero no lo sé y me estoy volviendo loca. El caso es que el concierto fue una maravilla y me gustó mucho. A pesar de que tenía un sueño terrible.





Y nada, el concierto acabó, estuvimos allí un ratín y luego nos fuimos a casa. Dacosta compró una camiseta de Mogwai y mis padres fueron a buscarme. Estuvo genial. Luego veía los vídeos y no me parecía que hubiese sonado igual que cuando yo estaba allí, pero bueno.

Y el sábado fuimos al cumpleaños de Carmen, a Gijón otra vez, y nada, muy bien, estuvimos tomando copas en Tribeca. No le llegó la carta que le mandé, pero bueno.

Vaya cómo me he currado los hipervínculos.