martes, 30 de noviembre de 2010

Bryn

Hoy no hay entrada. No me apetece y no hay entrada. Estoy de mal humor porque desperdicié mi valioso tiempo con las rodillas temblando en un paso de cebra para que nadie se haya dado cuenta, es que concho, estaba ahí delante, dos segundos más y hubiera sido perfecto, pero no, el semáforo tuvo que ponerse en verde. ¡Demonios! No quiero hablar más de esas cosas, sólo doy gracias por no haber tenido clase de acompañamiento porque no había estudiado una mierda. Además me vino de perlas porque estuve jugando a pokemon con la nintendo de mi abuela y hasta me evolucionó uno. Y es que por dos malditos segundos habría sido redondo, perfecto.
Quiero escribir un corto, así que proseguiré con la historia de ayer, aunque probablemente me decida por la de las gabardinas, los sombreros de ala ancha, la oscuridad y el asesinato. Aún no sé por qué decantarme.

Nicolás miró su reloj. No sabía si llegaba pronto o tarde, porque no tenía claro a qué hora exactamente sucedería. Por el momento, nada. Decidió doblar la esquina y tomar la calle desde un poco antes, así tendría más tiempo para prepararse. Bajó la calle. Estaba nervioso, muy nervioso. Aunque se prometió a sí mismo que jamás lo volvería a hacer, no podía resistir la tentación. El premio era demasiado suculento. Cambió de canción. El momento se acercaba. Le temblaban las rodillas. Giró la calle y ahí estaba. Se acercaba. Demasiado. Se puso nervioso. Decidió fingir el encuentro y girar en la primera calle. Cambió de canción otra vez. Bryn, de Vampire Weekend. Deseó que el semáforo no se pusiera en verde. Y lo hizo. Fingió no darse cuenta. Estaba justo detrás de él. Cruzó, y entró en el café más cercano. Un croissant y un capuccino. Aunque eran las cinco y media de la tarde, le apetecía desayunar. Aunque hacía frío, estaba colorado. Y alterado.Tan alterado que se le cayó la taza sobre la trenca. Quemaba.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Oxford Comma

Lo cierto es que aborrezco escribir sobre mi vida para que cuatro pelagatos, incluso eso es mucho decir, lean lo que pasa con mi vida, aunque sepan de sobra qué es lo que pasa porque ellos mismos son coprotagonistas de ella. Ni es interesante, ni lo será, así que para qué molestarse. Comentaré levemente pequeños aspectos, sin hacer mucho hincapié en todo lo que hago, porque aunque ya hayan acabado los exámenes, sigo sin tener tiempo -ni ganas- de filosofar acerca de mi existencia.
Hoy no pasó nada muy interesante, apenas un par de cosas referentes a Asunto Número Uno y otras pocas sobre Asunto Número Dos. Nada digno de mención, porque de hecho, tú ya lo sabes de antemano. Tengo conservatorio hasta las 19:30. Tortura total. El tipo de la biblioteca me acaba de reñir por jugar al farmville. ¿A dónde vamos a parar? ¡Necesito recoger las fresas! Además Little Big Raúl acaba de atravesar la pared-cortina para decirnos que vayamos a clase.
Ayer por la noche estuve pensando en algo que hacer con este blog a parte de el idiota. Se me ocurrió una cosa. Antes solía escribir pequeños guiones para cortos que yo misma ideaba pero que eran demasiado malos para ser leídos, y todavía más para ser vistos, así que simplemente dejé de hacerlo, porque ni se me daba bien, ni se me daría jamás. Pero pensé en algo que tenía buena pinta (al menos en mi imaginación).

Nicolás miraba el plato de espaguetis mal cocinados que acababa de sacar del microondas. Aquellos fideos pástricos estaban dispuestos de tal forma que la mancha roja y amarilla le recordaba le resultaba familiar.

Nicolás paseaba por el parque. Hacía mucho, mucho frío. Su nueva bufanda roja y azul -estaba orgullosísimo de ella- ondeaba al viento, que le despeinaba el pelo marrón, con motas blancas, y no sólo de casual nieve o granizo, si no de la caspa que siempre había padecido. Una vieja canción de los ochenta retumbaba en sus oídos. And if a ten ton truck, crushes into us, to die by your side is such a heavenly way to die. Sentía ganas de cantar, pero como siempre, sólo tambolireó los dedos contra la carpeta que sostenía en las manos, por miedo a ser tomado como loco de atar. Aquel día estaba especialmente contento, quizás porque cuando sonó el despertador esa mañana, el sol brillaba y se reflejaba en la hierba helada del jardín. Sería un buen día, y él lo sabía.

domingo, 28 de noviembre de 2010

how am i supposed to pretend i never wanna see you again?

Ayer se me olvidó publicar la entrada del día, así que hoy publico dos, porque ya la tenía escrita la de ayer, pero me entretuve viendo Sexo en Nueva York y se me olvidó publicar.
Como hoy no haré nada interesante a parte de recoger las fresas del farmville y estudiar matemáticas, pues me dedicaré a hablar de otra cosa, que no tengo nada mejor que hacer.
Estuve dándole vueltas a ciertos asuntos, y no sé, creo que lo mejor es esperar a ver cómo se desarrollan las cosas, en cuanto a Asunto Número Uno, por el que ya he esperado, no mucho, si no muchísimo tiempo, y en cuanto a Asunto Número Dos, pues no ha pasado mucho tiempo, así que no hay razón para tirar la toalla y tener paciencia.
Acabo de pensar en algo en lo que no había pensado en mucho, mucho tiempo. En aquel pequeñajo que corría conmigo y que comía espaguetis con tomate y que se reía de las camisas de los corta-árboles. Aquel que escuchaba Elvis Presley y que se asustaba con las tortugas gigantes. Y no sé, de repente lo eché mucho de menos, porque era tan sumamente perfecto. Como Luke Pritchard, pero con cara de teleñeco. Tan mono y tan adorable, no sé, me lo pasaba tan bien con él, siempre teníamos algo que decir, algo de lo que charlar, pero luego fue pasando el tiempo, y así, sin más, se acabó todo, y ya no es que no fuese lo mismo, pero fin. Me fastidia mucho porque ese pequeñajo siempre fue genial conmigo y con todo el mundo, y me gustaría que todo volviese a ser como antes. Hace unos años pensaba que cuando empezase el bachiller acabaría por ocurrir, pero luego cambié de idea, lo fui olvidando, y eso que el plan era realmente bueno. Sólo quiero verle una vez más. Maldita sentimentalera, no soporto los textos cursis.
Hoy aproveché para ver un vídeo del festival al que yo fui este verano en Lisboa, que grabó mi papá desde lejos porque yo estaba en segunda fila dándolo todo. Me encantan los conciertos, y ese festival fue genial. Vampire Weekend es una de mis bandas favoritas y me lo pasé genial allí aquel día. Además la canción es genial, Campus, expresa a la perfección todo lo que siento al respecto de Asunto Número Uno. Y además así le hago propaganda.


sábado, 27 de noviembre de 2010

don't

Ayer por la noche estuve viendo una peli con mi mamá. La última noche de Boris Grushenko, de Woody Allen, más o menos del 1975. No era la mejor ni de lejos, aunque las primeras que hizo son muy, muy buenas. Mamá me contó algo de Woody Allen que yo no sabía. Dirige bien, pero como actor, no sé, es bueno representando el papel de neurótico perdido, pero nada más, porque es así como él es en la realidad. Pero tiene mucha gracia, mucha.
Luego por la noche, más tarde, cuando acabó la peli, estuve leyendo un libro en el que hablaban de mis pintores favoritos. Y más exactamente, de un cuadro que me llamó mucho la atención. Se titula La venganza del donut, de un pintor francés que creo que se llama Jean No sé qué Basquiat.
Esta mañana, mi padre me trajo el desayuno a la cama a eso de las diez, y no me hizo ninguna gracia porque a parte de despertarme, cosa que nunca aguanto, no pude ver Phineas y Ferb mientras desayunaba.
Y bueno, por lo demás, no mucho. Esta mañana me dediqué a ordenar el armario de mi habitación (en realidad lo hizo mi mamá), y luego nada, creo que no hice nada más que fuese digno de mención. Como me siento igual que ayer por la tarde, probablemente lo que haré en cuanto mis padres se vayan a dar una vuelta será poner el DVD de Franz Ferdinand a tope, que es lo que siempre hago cuando estoy deprimida o impaciente.

viernes, 26 de noviembre de 2010

look

Hoy ha sido otro día bueno. Se me hace raro pensar que la mayoría de los días son chachis, es algo a lo que no estoy acostumbrada. Por la mañana, cuando llegué al instituto, me encontré con Preciosa, y su pashmina azul agua, que no pegaba ni con cola con la bonita camisa que llevaba y con eso de ante marrón.
A primera tuvimos cmc, que aproveché para chuletear y hacer problemas de química de esto de disoluciones y esas cosas. Luego en mates, pues otro tanto de lo mismo, preparándome fuertemente para el examen de química, que llegó después, y nada, más o menos bien, salvo algunas cosas que tenía diferentes que los demás, pero por el resto, bien. Se me olvidó la calculadora así que bueno, un poco desastroso.
Bajé al recreo y esas cosas, y nada, como siempre, me comí la manzana y eso, me estresé porque en las otras clases nadie aprobó con la Montero, y nada, charlé con Preciosa, con Sombrero Raro etc, y luego cuando ya tocó apareció Elena con mi gorro (de mi hermana), y me contó lo que me tenía que contar, y por eso llegué tarde a inglés, que nos dejó hacer lo que quisiéramos, y nada, luego fuimos al laboratorio en biología, e hicimos la hidrólisis ácida del almidón, y a mí me apetecía hacer la enzimática, así que estuve salivando y luego escupí en el tubo de ensayo, no sin antes babarme a mí misma y babar a todo el mundo, y el poco respeto que me tenía la gente, ya lo perdí. Pero es por el bien de la ciencia. Luego teníamos que hacer no sé qué con aceite, y Celia me mandó que sacase unas vistas de dibujo, y se me cayó aceite y agua en las láminas, y fue un desastre porque ya las había repetido una vez y no quería volverlo a hacer, así que cuando sonó el timbre fui corriendo a ver al de dibujo para que me diese otras, pero me dijo que no pasaba nada, que las presentase igual, seguro que el lunes cuando se las dé no me dice lo mismo, pero bueno.
Luego bajé al salón de actos porque teníamos peli de neandertales, y bueno, más que un documental aquello fue una comedia, neandertales y cromañones dándose por todas partes, etc. Lo peor es que la sala estaba a oscuras, y yo me senté delante de Velocirraptor, y de Mateo, y no me dejaron de dar la paliza en toda la hora, dándome sustos y quitándome la bufanda, me daba cosa, pero lo mejor es Velocirraptor, aunque no sea nada de mi estilo, ni tengamos nada en común ni nada, pero no sé, es que creo que debería ir olvidándome ya de los frutos secos, y mucho más de las habichuelas, y creo que es perfecto para eso, así que, bueno.
Luego salí y llovía, y cacé a Chuck mirando en mi dirección, vete tú a saber qué, pero bueno, para mí eso ya es un tremendo avance.
Ayer tocaban The Blows en Gijón, me habría encantado ir a verlos, porque además era gratis, y conciertos gratis y buenos no abundan precisamente, pero claro, tenía examen de química y además ir hasta Gijón y volver, como que no, siendo jueves. Un amigo de Faba fue, uno de los de mentiras en el juego, ¡demonios! debería haber ido, concho. Es una tragedia porque cada vez que miro en Last.fm los conciertos que hay, justamente me salen todos recomendados salvo los que hay en Asturias, y es una mierda, una mierda muy grande. Es que no falla, de los 20 conciertos que hay en Asturias que salen en Last.fm, no me recomienda ninguno, y de los 200 que hay en el resto del país, todos. Bueno, iré a ver a Darren Hayman dentro de tres semanas, al menos algo es algo, y la semana siguiente, a Francisco Nixon, posiblemente. El 11 tocan Miss Caffeina en la Calleja, pero me coincide con la cena de clase, así que nada.
Ahora me voy de compras, porque me aburro y no pienso estudiar, y así tomo un poco el aire que me hace mucha falta.
Bueno, ya he llegado. La verdad es que me ha subido un poquitín la moral, porque cuando llegué a casa después de clase me sentí totalmente depresiva, y necesitaba recuperarme, así que fui al Ikea con mi mamá que hacía mucho que no pasaba la tarde con ella y la tenía un poco abandonadilla, y me hacía sentir culpable, y nos tomamos un chocolate con churros por un 1,50 mientras unos gaiteros amenizaban un concurso de tartas de manzana que tenían una pinta buenísima pero desgraciadamente no se podían comer. Raro, ¿verdad? Pero estaba rico, aunque aún me quema la lengua. Compramos unos cuencos individuales para la ensalada, porque cada uno la quiere de una manera. Luego fuimos a Zara, me compré unos zapatos marrones, de piel, monísimos, y luego fui a una tienda de maquillaje y compré muchísimo: un rímel azul, un lápiz azul, dos barras de labios, dos glosses (supongo que ése será el plural de gloss), unos polvos y creo que nada más. Luego fui a Women's Secret porque tenía un descuento por ser el cumpleaños de mi mamá el otro día, y me compré ropa interior (no especificaré qué, aunque sé que lo estás deseando, perra). Luego qué más, pues nada, fui a un par de tiendas más pero no compré nada, aunque vi una falda muy mona de pana color tostado, y una bufanda roja de punto inglés muy bonita también. Luego me fui a casa porque estaba muy cansada y había perdido allí tres horas, pero no es que me encuentre mucho mejor ahora. Me prometí a mí misma cuando creé este suplicio que jamás hablaría de mis sentimientos ni nada, que sería un blog casual y divertido, pero no sé, siento que necesito desahogarme. Así, a grosso modo, esta mañana estaba muy contenta cuando llegué a casa y eso, pero no sé, me puse a pensar, y me di cuenta de todo el tiempo que había pasado y todo el que desperdicié, que debería haber aprovechado, dos malditos meses en los que pasé de estar malditamente colgada por un tipo que bueno, era encantador, pero necesitaba cambiar y necesitaba conocer a alguien que me hiciese olvidarlo porque estaba en un maldito callejón sin salida, y comenzó el curso y parecía que la cosa iba mejor de lo que podría ir, y entonces fue como si todo se iluminase, lo que parecía un simple 'lo veo, lo quiero', acabó siendo un complejo 'lo veo, lo quiero', lo cual me vino de perlas para poder pasar página y esas cosas, pero parecía que 'lo veo, lo quiero' me veía y me quería, pero no sé, la cosa se alargó más de lo que debía, y fue pasando el tiempo, y pasando, y pasando, y se me hizo larguísimo, y a la vez llegaron otras cosas, pero no era como 'lo veo, lo quiero', no sentía que fuese alguien con quien pudiese charlar de cosas estúpidas, comer gofres en el rincón de la tienda de la chica maja, ir a conciertos de gente que ni nos importa ni nos deja de importar, salir de compras, ir a la fnac, leer en un rincón, escuchar viejos vinilos, aprovechar el invierno que para mí es una época genial, pero claro, no puede ser, porque ya ha pasado mucho tiempo. Y con quién podría pasar, jamás lo haría, jamás, porque no le gustan los gofres, los vinilos, o el invierno. No quiero que se olvide de mí, no quiero que todo esto se convierta en un 'podría pasar', si no en un 'pasará', porque quiero que pase.

jueves, 25 de noviembre de 2010

back

Hoy ha sido un día genial, extremadamente genial. Y aún no ha acabado. Me desperté, como todos los días, y poco a poco los recuerdos de ayer me fueron viniendo a la cabeza. Siempre me pasa lo mismo, cuando me despierto es como si me hubiesen borrado todos los datos de la mente. Oí el ruido de la ducha así que supuse que era mi padre. Cuando mi padre salió del baño (mil años después de que sonase mi despertador), me levanté y vi todas las hojas esparcidas por el suelo. Sí, en efecto, me había quedado dormida mientras estudiaba lengua. Entonces me vino la preocupación, otra vez. Después de haber vagueado toda, toda la tarde de ayer, me vi en situación peligrosa. Estuve repasando el mester de clerecía mientras desayunaba, mientras me lavaba los dientes y mientras me ponía los zapatos.
Cuando llegué al instituto, más tarde de lo habitual, porque mi hermana tardo un montón en pensar qué ponerse, la gente ya estaba atacada. Repasé el teatro medieval hasta que llegó la Montero, impuntual como es común en ella.
El examen fue una caca de vaca, básicamente porque todo lo que había estudiado de morfología no sirvió para nada, sólo preguntó cosas sobre el Cid, el Cid, y ah, sí, el Cid. El análisis sintáctico ya no cuento con él, y el punto de presentación, menos. Nota máxima: un 7,25.
Después de lengua, tuvimos educación física. Como es costumbre, Alfonso nos dice que juguemos al fútbol o a baloncesto. Pero llovía, así que estuvimos charlando y esas cosas. Al subir a clase torcí todos los marcos de los cuadros de las orlas del pasillo.
Luego había alternativa, hora en la que me dediqué a subrayar lo más importante de historia de la música, dado que tengo el examen en veinte minutos. Me pareció imposible de memorizar, así que simplemente (aunque ya lo tenía decidido), chuleteé. Vicxor me riñó por llevar gorro en clase. Luego fui a pedir mi cartera que la tenían las bedelas porque se me había olvidado ayer.
Bajé al recreo, y Guillermo (no Faba) me quitó mi monísimo gorro chachi, y lo estuve persiguiendo pero no me lo devolvió. Luego me encontré con Sombrero Raro y con Preciosa, y estuvimos charlando y esas cosas, y estuve también repasando historia y comiendo una manzana, y luego llegó el castañero con sus castañas asadas, pero como yo estaba ocupada, no compré ninguna porque no tenía sidra a mano. La castaña dice que quiere una trenca para reyes, me pregunto yo para qué quiere una trenca una castaña si ya están asadas y calentitas, pero bueno, será para conservar el calor, no lo sé, pero me encanta porque yo también tengo una desde que iba a quinto de primaria, y ahora también la uso, y fue donde encontré la castaña que le pegó Elena en la espalda a castaña. Charlamos un rato y eso, y luego conseguí que Guillermo me devolviese el gorro (sí, robándoselo). Preciosa, Elena y Sombrero Raro iban a pirar la siguiente hora, y yo como tenía dibujo o sea figuras, pues también, y subí a clase, y de paso torcí los cuadros de las orlas de los de fotografía, y unos de segundo de bachiller o no sé qué empezaron a decir que se iban a chivar así que me fui corriendo a clase, cogí mi trenca, la mochila y todo, y justo cuando salí de clase me encontré con mi profe de dibujo, que por cierto llevaba un jersey como el rojo que tiene mi padre y que sólo se puso una vez, cuando fuimos al festival a Lisboa. Me dijo: venga Dido, ¡que ya están todos en clase! Así que tuve que ir a clase y no pude salir. En dibujo, le dije a Isaías que sabía dónde vivía, porque le había visto el otro día cuando iba a casa de mi abuela. No sabía el número pero sí la calle. Entonces Vito dijo que llevaba tres años sin saber dónde vivía y que era genial. La dirección es: Marcelino Suárez (la calle de mi abuela), número 8 (yo pensaba que era el 10 o el 12), 4º D (eso me lo dijo él). Entonces se enfadó conmigo porque se lo dije a la gente, pero en plan de coña y eso, y me quedé con el folio que le presté y el lápiz y todo, y me dijo: ¡no me hables nunca más! pero luego él me seguía hablando, así que bueno, tranquilamente. Y le dije que se lo contaría a Elena, y dijo: ¿qué Elena, la loca? y yo: bueno, loca está... y otro dijo: ¿esa con la que estuviste? Entonces puse la oreja y llegué a averiguar los datos de que aquella con la que estuvo se llamaba Elena y estaba loca y a ella ahora le mola el primo de Vito o no sé qué. En fin. Ahí tienes la información, Elena.
Luego subí a clase, volví a mover los cuadros, y teníamos biología. Estaban los de mi clase haciendo tapón, como siempre, y yo quería pasar, pero no podía, así que arañé a la gente hasta que me dejaron pasar. Lo conseguí, dejé mis cosas en la mesa y eso, y me acerqué a la puerta, y Velocirraptor me dijo: ¡no me arañes, por favor, no me arañes! y yo le dije: ¿qué me das si no te araño? y él me dijo: ¡un abrazo! y abrió los brazos, así que yo dije: ¡pues vale! y nos dimos un abrazo hasta que me di cuenta de que toda la clase nos estaba mirando. Venga, perfecto. Luego llegó Mexía, y estuvimos viendo vídeos de cómo una serpiente le inyectaba veneno a un pobre animalito y de cómo una estrella de mar metía su aparato digestivo en un mejillón, segregaba enzimas, lo deshacía, y luego lo absorbía y volvía a poner su aparato digestivo en su sitio. Asqueroso. Luego tuvimos tutoría, y me dediqué a perfeccionar y terminar mis chuletones de ternera. Vicxor me volvió a reñir por llevar el gorro en clase, y luego otra vez, pero como Adri hacía de profesor, pues me dijo que no pasaba nada, pero dejó salir a todos menos a mí.
Llovía una burrada así que vino mi mamá a buscarme para ir a casa de mi abuela. Con lo cual, llegué prontísimo y me dediqué a hacer más chuletas y a recortarlas. Comí, y eso, y comprobé que el pañuelo que mangué para mi abuela no se lo puso ni una maldita vez. Luego fui al conser y eso, y en vez de estudiar, pues estuve viciando, como siempre, y luego llegaron Jorge, Coche Hombres, y Javi Pereda, y le dije que si conocía a Sombrero Raro y dijo que sí, que iban al colegio de pequeños. Luego fui a historia de la música. El examen facilísimo, cinco preguntas, sólo necesité las chuletas para una (hice cinco chuletas y desperdicié cuatro) y luego tuve que sacar los apuntes para copiar lo del Tomoi. Aprobar, apruebo, así que me lo quito de encima. Salí veinte minutos antes de la hora porque me sobró muchísimo tiempo, así que me fui con Jorge a viciar otro rato. Llegué tarde a análisis, pero nada, no pasó absolutamente nada. En análisis le pregunté a Ana que si conocía a Faba (le dije su nombre verdadero, si no no iba a saber quién era) y resulta que van juntos a clase, no sólo con Faba si no que con todos los demás, así que le dije que les dijese hola de mi parte. Además, Coche Hombres me dijo cosas que anda murmurando la clase sobre cierta clase de dinosaurios y yo que espero que no sean ciertas.
Luego llegué a casa porque no tenía piano, y nada, estudié algo de valencias para mañana que tengo global de química, pero nada más, le di algo al Farmville y eso.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

in

Ayer hablé en sueños. No sé por qué, pero en mis sueños estaba soñando que tenía que decirle a alguien ¡fuera! y no me salían las palabras. Y en mis sueños pensaba: ¡venga, dilo, esfuérzate! Pero no podía, hasta que despierta, dije: ¡fuera! o lo que más bien fue una mezcla de palabras sin sentido. Y me quedé alucinada.
Bueno. Hoy ha sido un día muy especial. Como mi padre estaba en Madrid, fue mi madre quien nos llevó al colegio. Pero mi hermana tenía que ponerse la vacuna esta de los 13 años, y de hecho, tendría que habérsela puesto hace dos meses, pero se le olvidó, así que fue hoy al médico con urgencia. Como yo a primera tenía examen de inglés, no podía llegar tarde, así que decidí ir caminando. Es la segunda vez en toda mi vida que camino para ir al colegio. En primaria iba en autobús, en secundaria también, hasta el año pasado, que me trae mi papi. Salvo un día que me quedé a dormir en casa de mi abuela. Me ha puesto contenta.
A parte de eso, pues a primera tuvimos inglés, examen y eso, nada, fácil. Comprobé que todos habíamos traído camiseta blanca para hacer la gracia en clase, como dijo Mateo. Luego dibujo técnico, que ¡ah! se me olvidó mencionar que ayer hice algo que nunca, nunca en mi vida había hecho antes. Le di un abrazo al señor Callahan McKenzie. Sé que suena raro, pero me apetecía decirlo. Bueno, dejando esto a un lado, luego tuve biología, y nos dio las notas de la evaluación, y tengo un 10,51 o por ahí, así que chachi.
Luego había recreo, y estuve leyendo las hojas que Pablo y Velocirraptor estuvieron haciendo con frases célebres de Nani, Vicxor, la de cmc, Pollo, etc... y luego estuve charlando con Sombrero Raro y con preciosa, mientras, con la vista, adulaba al encantador Gorrober, que cada vez asciende más puestos en la escala de interesantividad. A parte de eso, llegó, hoy también, olor a castaña quemada, pero esta vez desde la zona frontal-izquierdil.
Luego tuvimos mates, e hicimos el juego este del coche, en el que te mueves hacia los lados como si estuvieses conduciendo un coche de carreras y hubiese curvas. La Nani no se empanó mucho, pero se mosqueaba un poco y se nos quedaba mirando raro. Luego había filosofía, y bajamos al salón de actos pensando que teníamos que ver una peli, y la profe nos dijo: ¿qué hacéis ahí? ¡venga pa clase! pero luego vio que el salón estaba vacío, así que aprovechó para ponernos una peli de neandertales. A mí y a otros cuantos se nos olvidó la libreta, así que subimos a por ella, y de paso montamos el Cuchitril (esas cosas negras largas con esa cosa morada que dice Cuchitril, y la cuchara-tenedor, esa que está pegada por el mango y que será el nuevo cubierto en la revolución cubiertil) en la mesa del profe, y le metimos un trozo de baldosa en la mochila de la Gallas, le escondimos el libro de mates a la Nani, y luego por el pasillo Mateo y yo torcimos todos los cuadros de las orlas de los de los módulos de imagen. Vimos esa peli, estuve pintando en el Pablo a Pablo y a Gallas enamorados, y charlé con Velocirraptor, pero como estaba oscuro me daba cosa, porque la profe aparecía y desaparecía como un fantasma. Luego, cuando subimos, comprobé que todos los cuadros estaban en orden, o más bien en desorden. A última hora teníamos química, con la Pollo, y creo que no ocurrió nada mencionable.
Luego, bajé por el pasillo y vi que todos los cuadros estaban colocados otra vez, así que los volví a descolocar. No me gusta que me lleven la contraria.
Después de clase estuve estudiando (vale, es mentira, estuve viciando al farmville), pero haré el trabajo de Farinelli, estudiaré lengua, historia de la música quedó olvidado (chuletones de ternera a tope, Little Big Raúl no se enterará).
Y como Elena me obliga a publicar ya, pues no voy a poder contar lo que haré luego, así que nunca sabrás si de verdad estudié lengua o seguí viciando al farmville, te quedarás con la envidia, ¡agradéceselo a Elena!
Bueno, me acaban de llamar del instituto, que si no me faltaba nada. Sí, la calculadora. El señor me dice que no se trata de eso. Pregunto que de qué se trata. Me dice que si no he perdido una cartera. Me he dejado la cartera en clase y ni siquiera me había enterado. Soy un desastre. Y retrasada. ADV

martes, 23 de noviembre de 2010

anger

Ayer, como ya te dije, estuve hablando con el señor Verga. Pues bien, cuando me aburrí, me piré, pero dejé el tuenti abierto porque iba a tocar el piano un rato pero luego volvía. Pues después de diez incansables minutos con el tercer movimiento de esa sonata de Beethoven, me puse a coger el ordenador y veo que está apagado y sobre la mesa de mi mamá. Entonces voy a la cocina, en la que mi mamá está cocinando la cena (tortilla) y me dice: ¿quién era Jose? y yo: ¿eh? y dice mi hermana Luzifer: sí, sí, Dido, Jose, ése con quien estabas hablando, y me fui de ahí lo más rápido posible. Si hubieses leído la conversación, habrías entendido el porqué.
Bueno, resumiendo lo de hoy: en química jugamos a paella otra vez, y fue muy, muy gracioso. Luego había biología, y luego educación física, y jugamos al baloncesto pero desgraciadamente ganó Górriz porque es imparable. Luego había recreo, en el que me llegó un olor a castaña chamuscada por el área derechil. Luego había cmc, y jugamos otra vez a paella, y como la profe no se empana, nos levantábamos en su maldita cara y ella nada, sólo nos miraba raro pero no sabía lo que hacíamos. Luego tuve dibujo, y por fin lavé la escuadra y el cartabón, porque me estaban dejando la lámina hecha un asquete, y salía hasta tinta de rotulador de cuando mis padres las utilizaban, allá por sus años mozos. Luego tuvimos mates, y jugamos un rato a paella, pero nada, no mucho, se me hizo realmente eterno porque no sé qué de trigonometría y no sé qué, pero lo mejor fue cuando dice la Nani, que se quedó pensando en una palabra que no le salía (esquema): es que a veces no me salen las palabras y me da mucho miedo. Oír a una señora que algo le da miedo, y sobre todo, esa estupidez, es muy, muy cómico. Bueno. Luego teníamos lengua, y como la Montero siempre tarda la tira en venir, pues estuvimos haciendo tapón en la puerta, como siempre, pero algún burro (Mateo) se la cargó, se desencajó de las bisagras y precisamente la Montero llegaba en cinco, cuatro, tres, dos, uno, así que se quedó con ella en la mano.
Luego, a la salida, fui hasta casa de mi abuelita con Elena/Preciosa/Rosa. Elena me demostró su amor hacia mí unas cuantas, cuántas veces, pero me encanta, porque me sube la moral hasta el Everest. Cuando nuestros caminos se separaron, seguí por la calle de mi abuela, y miré casualmente hacia el escaparate de un bar, y adivina a quién vi: a Rubén, mi profe de historia de hace dos años, el Ojo Virolo, me hizo tanta gracia... Comí rollitos de primavera (mis favoritos) y un caqui. Luego fui caminando hasta el conservatorio, y por el camino vi a mi profe de mates de segundo, el que se metía el boli en la nariz, en la oreja y luego nos daba con él en la cabeza para que prestásemos atención. Pero se me estaba acabando la batería del iPod, lo cual fue un maldito calvario, y cuando llegué sólo quedaban cinco minutos, así que fui a la biblioteca y allí me encontré con Coche Hombres, subimos a clase, improvisé cuatro acordes mal puestos, me dijo que estaba perfecto, y nada, de panchu, luego me rereuní con Coche Hombres (ya sé que puse re dos veces, pero es que como nos habíamos reunido antes, pues otra vez), la acompañé un rato, y luego fui a informática, en la que pasaron dos cosas importantes (o tres, no sé):
1. Parece ser que después de dos meses, la clase no es tan individualista como antes, porque mientras el profe repartía las partituras de la ópera, mantuve una conversación no muy larga con el tipo llamado Pepe Luis/Alejandro, y luego con el de la Cara Chupada, o Chupi. Por fin prosperan las cosas en esa clase de mierda.
2. Pepe Luis/Alejandro tenía la música a tope, y adivina qué estaba escuchando: MELENDI. No puede ser. Mi mundo se cayó en pedazos. Fue horrible.
3. Como mi iPod se había quedado sin batería, pues me puse a escuchar música del youtube, conciertos de The Kooks en directo. Y parecía que a Chupi le gustaba.
Luego fui a inglés, y Paul me estuvo dando la tabarra con no sé qué de economía y cartas que predecían el futuro o no sé qué y me aburrí tanto que casi me duermo allí delante.
Después nada, tiré pa casina, y mi padre mañana se va a dar una conferencia a Madrid y esta noche se va con sus amigotes a ver una peli al festival de Gijón, así que no lo veré hasta el jueves (toma, pero jo). Y nada, eso, ya me cargó el Farmville así que taluego.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Frutisequil

Lo cierto es que el día de hoy fue bastante interesante. Comenzó con clase con la Pollo, luego dibujo técnico, en la que monté mi artimaña frutisequil gracias a un par de trozos de celo de mi friend de delante. En el cambio de hora un velocirraptor casi me come un dedo. A tercera había inglés, y la profe dijo, entre otras cosas, que yo era una cotorra, y la verdad es que no recuerdo por qué, ah sí, es que Coche Hombres hizo otro cómic muy gracioso sobre lo que Sombrero Raro me enseñó. Ehm, ¿qué más? Ah, el recreo. Velocirraptor me invitó a una napolitana porque es encantador, y me dio un poco de su pincho de Pollo, y luego me quiso dar su fanta o lo que demonios fuera aquello. Pero no me gusta. Luego charlé con los sombreros rosas, y eso. Luego había lengua, y tocaba morfología, pero cómo no, la profe tarda una eternidad en venir. Cuando yo estaba tranquilamente tumbada en la ventana del pasillo (hoy no hubo distracciones en cuanto al tema pasillo, no sé dónde demonios estarían) llegó Velocirraptor y se tumbó cómodamente sobre mí, aplástándome contra la manilla de la ventana, lo cual dolió, y mucho. Pero me dio calorcito, y aunque fingiese que quería que se me quitase de encima, era completamente mentira, me lo estaba pasando genial. Intenté hacerle cosquillas, pero no tenía. Y así hasta que llegó la Montero, que utilizó otra vez su encantador lenguaje para decir paristes, y distes a luz. Luego llegó la de mates, y es una pesada así que decidí jugar a paella, y yo era pimiento, Coche Hombres era mejillón, Pablo salchicha, luego había centollo, arroz, gamba, y Velocirraptor era Pollo. La Nani se pispó como media hora después, y cada vez que miraba yo ponía cara de buena, además como me siento en primera fila, y le caigo bien, pues no iba a pensar que era yo. Pablo se pasó la vida diciendo pimiento, así que me levanté mucho, y al final de clase la Nani le riñó y yo me libré y me escondí detrás de la puerta con Velocirraptor, hasta que se fue, y luego éste volvió a repetir lo de antes, y le dije que le dejaría a cambio de un masaje, el cual me dio hoy, y también mañana, porque no dio tiempo, pero madre, es encantadorísimo, pero para nada de mi estilo, le faltan las camisas de cuadros y un poco de aire kapraniano.
Hoy, como es Santa Cecilia, no hay conser, lo cual es como: ¡OOOOOH TOMAAAAAA! Me pierdo historia de la música, análisis y cámara, y así puedo estar vagueando toda la tarde (salvo porque tengo que estudiar), y ah por cierto, Elena, no seas tontona, es una entrada genial, salvo por lo de esperienza, ya sabes, venga, a partir de ahora escribe, que se te da genial, inspírate en mi blog, que es maravilloso y no tiene apenas faltas de ortografía jejejeje.
No fui capaz de estudiar en toda la tarde, así que de vez en cuando necesitaba distracciones, y en una de ellas, precisamente cuando pensé: 'hace mucho que el señor Verga no me habla, ¡qué raro!' me abre conversación. Me hace tanta gracia vacilarle... No voy a poner la conversación entera, ni un trozo, porque bueno, no tiene lugar en un blog taaaan refinado como este, pero es que es muy gracioso, yo no entiendo por qué con los cortes que le pego no me deja de dar la paliza de una vez, en serio. Sería perfecto para vef, de verdad. No se empana de una jajajajaja me encanta. Como es valenciano, cuando él dice: entonces? yo digo: madera pa peonces, y sisisisi caru oh! y él dice: no entiendo y yo me río mucho.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Ginger

Ayer fuimos a dar una vuelta, ya que Nerea había venido, y como hacía tanto tiempo que no la veía, sacrifiqué mis estudios de historia de la música por verla. Total, que con la que estaba cayendo y tal, no apetecía mucho, pero bueno. Quedamos en la gorda, fuimos a la gofrería, en la que la chica de la tienda, que ya es una de nosotras, se empezó a reír por algún comentario que hicimos sobre los pezoncitos de alguien [...] y luego sonó la música de Amélie, Comptine d'un autre été, y yo empecé a cantar porque esa canción es deliciosamente bonita, pero era su tono de llamada y yo no me enteré, y ahora esa chica me cae genial porque le gusta Amélie, como a mí. Luego fuimos por ahí y eso, al badu y al puzzle, llegó Nerea por fin, después de una hora y media, y luego fuimos al family, y sonaba Learning to Fly de Tom Petty, que hacía cuatro años que no escuchaba, y también una de Panic! At the disco (o de Fall Out Boy), y Take me Out de Franz Ferdinand, y bueno, estuvimos ahí un rato y luego fuimos al salsi, y nada, genial, vimos a Górriz y a Amanda y estos, y nada, estuvimos un rato ahí desfasando hasta que decidí pirarme porque mis apuntes de historia de la música me llamaban (y porque no había camisa viernesera mugrienta a la vista, pero eso es un secreto).
Pero lo más alucinante del fin de semana son otras dos cosas: El Hombre al que le Hace Falta un Poco de Caldo de la Abuela Carrero (antes conocido como Ése, Chico Monín, Alex Kapranos, Chuck, etc) se ha interesado por una de mis ordenaciones musicales del spotify, más concretamente la que incluye la música que menos me desagrada que haya tocado en todos estos años de enseñanza pianística. No sé cómo decirlo para que no se note de qué hablo pero que sí se entienda (qué dilema moral), así que disimularé. Es más, no es que se haya interesado, es que se ha añadido (si digo suscrito se notará mucho).
El otro punto alucinante del finde es que, por fin, he visto lo que Sombrero Raro tenía que enseñarme. Y para mi contento, no sólo salen Sombrero Raro y El Hombre al que le Hace Falta un Poco de Caldo de la Abuela Carrero, si no que también está ¡GORROBER! No sólo yo, si no que otras tres personas más están anonadadas, babeando, que les va a dar un chungo, con este hecho, que ninguna nos lo esperábamos. Ha sido alucinante. ¡ALUCINANTE, TE DIGO! Ya tengo algo que hacer durante el resto de mi vida: ver eso.

sábado, 20 de noviembre de 2010

NOW!

Ayer tuve un sueño muy gracioso, una especie de predicción de lo que pasaría hoy por la tarde (espero que esté en lo cierto), y hoy estudié largo y tendido durante una hora y algo, luego estuve tocando el piano porque hacía más de una semana que no ensayaba y creo que ya iba siendo hora. Luego vagueé un rato, comí, de postre zampé lo que quedaba de mi trozo de tarta del jueves (casi me quedo sin ella porque mi padre se la puso a mi madre para desayunar), vagueé un rato más, me fui a peinar y a buscar algo que ponerme, y eso, pues me lo puse.

viernes, 19 de noviembre de 2010

one

Hoy me desperté y esas cosas, y cuando fui a desayunar, no quedaban cereales, así que tuve que aguantarme y zampar una tostada, con lo cual rompí mi rutina diaria. A primera teníamos cmc, y la señora, que es muy, pero que muy rara, y además le encantan los caballos, pues bien, estábamos dando no sé qué de especiación o algo así, y era como: la especiación callaros poscigótica shhhh es la que silencio se da por ejemplo callaros en el mulo, en el que silencio el caballo y la burra callaros... en fin. Luego, en mates, nada, normalico, y luego teníamos química pero nos piramos pronto ¡porque teníamos excursión! ¿Sabes a dónde fuimos? Dos edificios más allá, a la facultad de ciencias. Puaj. Pues bien. Llegamos a aquel siniestro lugar, que parecía un hospital, y bajamos por ahí, y bueno, nos metimos en una sala y había un señor en la puerta con cara de maníaco, con una sonrisa de oreja a oreja toda tensa, muy raro todo. Y había otro señor con el típico jersey de rombos de empollón amarillo chillón que me hizo llegar a la conclusión de que la leyenda de que todos los frikis que estudian alguna ciencia son frikis y palurdos era totalmente cierta y no sólo una invención de Big Bang Theory. La presentación fue una mierda, el power point más cutre que jamás hubieras visto (aunque por lo menos tenía un vídeo), y duró la tira y era complicadísimo no sé qué de la relatividad, que cogí tantas notas que no me entraban en una hoja y por no sacar otra escribí por todos los márgenes hasta que no quedó espacio y escribí en la mano, y luego, después de una interminable hora, acabó por fin, y tuvimos que rellenar una encuesta en la que puse que no me había enterado de nada porque era complicadísimo, y luego pusimos el email de Coche Hombres para que le mandasen mierda de la universidad. Ah, sí, dato importante. En la presentación estaba Vegeta, el hermano de Vegeta, alante, y como estaba oscuro debía de pensar que nadie estaba mirando, pero como me aburría, yo sí, y le vi sacándose un moco y pegándoselo en la palma de la mano. Luego salimos a fuera y al parecer los profesores se piraron porque al final quedamos allí cuatro gatos. Entonces fuimos caminando lento hacia el instituto porque teníamos inglés, y un poco más adelante estaban unos, ¡y dijeron que habían visto al Cerdi! Entonces Coche Hombres y yo corrimos a ver si lo encontrábamos, pero ya se había ido, al parecer a hacernos una visita. Y luego estuvimos un rato ahí afuera hasta que acabó la clase de inglés porque hoy tocaba listening y no había ganas. Entonces entramos y tocaba biología, y el profe dijo que era maravillosa (yo) porque había acabado todas las prácticas con nota. ¡Yupi! Luego había filosofía y aunque tocaba libro como había recuperación pues hicimos unos textos y ya está. A la salida, pues a ver, cómo decirlo, estaba castañita. Y bueno, eso.
Luego llegué a casa y tal, y vi una foto que decía una cosa, y bueno, a ver. Comí lentejas y un filete, y de postre me comí la mitad del trozo de tarta que había dejado ayer (me sorprendió que perdurase en la nevera).
Por la tarde fui a dar un pequeño paseo para airear de tanto agobio, y adivina a quién vi en el paso de cebra: a Ése (necesito encontrar un pseudónimo ya!) y eso, nada más, no me dio tiempo a estudiar mucho lengua y tal porque estuve tocando la música del Super Mario en el piano que mola que te cagas.

jueves, 18 de noviembre de 2010

two

Ayer ocurrió una cosa que me dejó atónita. Quizá recuerdes que hace algunos días mencioné al Hijo de la Compañera de mi Exprofe de Inglés. Pues bien, este dato, junto con el de que este personaje tiene una funda de guitarra dura, ha provocado el hecho de que el señor Callahan McKenzie haya descubierto no sólo la identidad de dicho personaje, si no que también sabía quién era su hermano, y que tenía barbita, y todo. Y hoy es el cumpleaños de mi mamá. ¡Felicidades, mamá! Probablemente no lo esté leyendo, pero da igual.
Bueno. A primera tuvimos lengua, y cómo no, la Montero me sacó de mis casillas, pero es habitual. Luego, educación física, y luego, alternativa, hora que aproveché para estudiar biología porque ayer sólo me dio tiempo para llegar a los tejidos. En el recreo, incumplí mi promesa de llevar sombrero raro, pero bueno, no pasa nada, lo haremos mañana, pero no me acordaba de que tenemos excursión de química y perdemos el recreo. Fue gracioso lo que pasó con Rober, el de la gorra, el del gorro de pelo, el que se parece a Flipy, ése. ¿Y qué más? Nothing. Luego había dibujo, que cada vez me parece más aburrido, pancima se me olvidó el ipod así que nada, un rollo. Luego, el examen de biología. La verdad que no fue fácil, bueno, sí, era como test, sólo tenías que contestar con una palabra, y en vez de endotelios pavimentosos, sólo puse pavimentosos, así que saqué un 9,8, pero eso fue gracias a copiarle a Alba un par de preguntas, si no... Y luego hubo tutoría, así que nada, panchu total.
A la salida de clase, me encontré con Preciosa, que estaba charlando con ÉSE (a falta de un mejor apodo), lo cual confirmó lo que ayer dijo Sombrero Raro sobre eso y tal, el caso es que tengo que verlo, porque ¡madre míaaaaaa! Me prometí acabar con este tema pero no puedo.
Después de ir a casa de mi abuela a comer, fui al conservatorio, as usual, y cuando estaba con Pereda y Coche Hombres en la biblioteca, el señor viejo y cascarrabias nos echó porque dijo que gritaba mucho. Pero bueno, como sólo quedaban cinco minutos para entrar en clase, pues nada, aunque me dolió muchísimo. En Historia de la Música estuvimos acabando de ver la de Farinelli esta, así que ya se nos acabó lo de ver pelis XNO en clase. Luego había análisis, pero entre clase y clase salimos a tomar el aire y allí estaba Cara Chupada, o Chupi, como nos gusta llamarlo. Bueno, luego fuimos a clase y tal, y cuando salimos, Coche Hombres y yo oímos un piano que sonaba exactamente igual que Starlight, de Muse. Seguimos a nuestra oreja hasta llegar a la clase en la que se estaba tocando, y asomamos la cabeza para ver quién era, y ahí estaba El Matutino, y madre mía cómo tocaba, de verdad, era magnífico, y sólo va a un curso más que yo. Lo hacía perfecto. Entonces nosotras empezamos a cantar la letra a ver si se daba cuenta. Y luego nos piramos porque aunque yo no tenía clase esta vez, porque Pilar está de baja, tenía prisa.
Luego fui de compras al calatrava y me compré dos gorros de pelo muy chulos que encontré, uno gris y otro de cuadros, y creo que nada más... Fui a Zara por cuarta vez en lo que llevamos de semana, y ya. Luego llegué a casa y eso, y como era el cumple de mi mamá comí tarta pero no me entraba nada en la panza así que dejé mi trozo para mañana, pero probablemente cuando me ponga a cogerlo ya no quede nada, así que lo doy por perdido. Como a mi madre no le gustó la chaqueta que elegimos para ella, probablemente tenga que volver a Zara mañana o así para cambiarla, pero es un asco porque estoy agobiadísima, que la semana que viene tengo examen de. inglés, lengua (horrible), historia de la música (doblemente horrible) y química.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

three

Hoy, y como siempre, me desperté y fui a clase, bueno, lo normal. Inglés, dibujo, biología, sin nada remarcable que comentar, salvo que Coche Hombres comenzó un capítulo, pero sólo puso el título, y no me gusta el tema, papá, anestésiame. Luego, recreo. Estuve charlando con Sombrero Raro, y entre otras cosas, me contó que, dios, es que ahora ya no sé cómo llamarle, bueno, Ése, no sé cómo decirlo para que nadie se entere pero que aún así se entienda. A ver. Sombrero Raro habló de algo que no pondré tal cual pero que es muy gracioso y que tengo que ver porque después del ¡se han apagado las luces! seguro que éste no tiene desperdicio, y más aún cuando Ése está en escena, nunca mejor dicho. Y bueno, pues eso.
Luego había mates, con la Nani y su Relación, relación, relación, relación... y luego en filosofía bajamos al salón de actos a ver no sé qué porque no se oía nada, y se me estaban cerrando los ojos y tenía mucho frío, y luego hubo química, pero parecía que la profe no venía, y cuando nos íbamos a marchar, llegó ella, la Pollo, así que nada. Luego, a la salida, ocurrió un hecho que sólo incluyo a petición del señor Callahan McKenzie, sólo, porque no fue significativo para mí, que quede claro, ¿vale? Es por obligación y ya está. Bueno, como iba diciendo, estaba yo charlando con el señor Callahan Mckenzie, ya mencionado, sobre los nombres secretos e información privilegiada, cuando, por casualidad, apareció tras su espalda un hombre que yo ni conozco, ni sé quién es, ni mucho menos ya he mencionado aquí, ni que es Ése, ni nadie, ¿correcto? Fin.
A parte de eso, tengo que introduciros a un nuevo personaje: el señor Verga. La historia con el señor Verga es tan larga y complicada, que muy poca gente la conoce. ¿La razón? Horror. Fue terrible. Nos conocimos hace un año y medio, más o menos, en verano, y lo cierto es que casi nunca charlamos desde entonces, porque fue cosa de un par de días, aunque me gustaba bastante, y fin. Pero es que ahora cada vez me da más la tabarra y es que estoy hasta los mismísimos eggs de su existencia. Además no sabe hablar, dice qe estas ullendo de mi? Matadlo. Me estresa.
Esta tarde acompañé a mi hermana al oculista o algo, y de paso fui un rato de compras en busca de un gorro de pelo y coletas de esos de lana que tanto quería el año pasado, y bueno, este también. Y fui a Zara y me compré un jersey azul muy bonito, con coderas marrones. Luego vine a casa, estudié biología un rato, y ya está.

martes, 16 de noviembre de 2010

¡Porras!

Hoy es un día particular, a la par que extrañamente divertido. Corrí la leche en la maldita carrera esa, y estuve realmente estresada con el examen de cmc, y luego salí al recreo y me estresé más aún, y bueno, en fin, el resto es historia. Luego fui a clase, a hacer el examen, y para qué decirlo, fue una mierda cochina. La chuleta no me sirvió para nada, porque se me quedó dentro del libro, y además nada de lo que preguntaba estaba apuntado. Lo único que me ayudó fue la canción de Darren Hayman The Protons and the Neutrons, que casualmente era la respuesta a una pregunta. Es decir, un desastre. Luego hubo dibujo, pero como los del 1.1 tenían conferencia o no sé qué porras, pues nos quedamos Celia y yo solas, o sea, un rollo tremendo. Luego mates, y luego lengua, y tocó el timbre tres veces, la primera no coló, pero la segunda sí, y ya estábamos recogiendo todos cuando alguien (dioooooos) dijo que no era la hora. Y bueno, eso.
Luego fui a casa de mi abuela a comer, y es que claro, ahora ya no puedo decir nada. Quiero dejar claro, y sí, esto va por vosotros dos, que voy a cambiar todos los nombres y fin de la historia. ¡Porras! Así nunca me voy a acordar de todo. Bueno, el caso es que iba yo tranquilamente a casa de mi abuela con Rosa y con ese hombre que para nada es H/LA, que no, que ese es otra persona, no es él, y bueno, básicamente, demostró que los últimos 11 años que he pasado formándome musicalmente, no sólo no han servido para nada, si no que han servido para menos nada, o sea, negativo. ¡Demonios! Vaya pérdida de tiempo. Además he descubierto que mi vida secreta ya no es que no sea tan secreta, si no que ya ni es un secreto.
Y bueno, comí y etc, y diez minutos después salí hacia el conservatorio (comiéndome la manzana agujereada centralmente por el camino). A las cuatro y media tenía acompañamiento, y nada, lo de siempre. A las cinco y media, me reuní con Coche Hombres para dar una pequeña vuelta y de paso fui a Zara a comprarme una camiseta rosa muy bonita. A las seis y algo llegué a clase de informática para sentarme al lado de PL/A y del de la Cara Chupada. Y nada, luego fui a clase de inglés, donde a Paul y a mí nos esperaba una clase diferente, llena de libros raros pero muy chachi. Y luego, mi padre, que no tenía otro momento en el día, sólo en el que yo estaba hecha polvo, muerta interior y exteriormente, me dice que tenemos que ir a comprar el regalo de mi madre, ¡a las ocho! Total, que nos metimos en Zara (segunda vez en el día) a buscar una chaqueta de punto para mi madre. Una tortura. Le dije a mi padre que cogiese la primera que vi, porque no me apetecía nada estar allí, y nos piramos corriendo, total que hasta las nueve menos diez no llegué a casa, y tengo que hacer el informe de biología y estudiar biología, piano ya paso, y bueno.
Como podrás haber advertido, me he saltado un lapso de tiempo bastante importante, pero es que como ahora no se puede hablar de nada públicamente, pues que quede así. Pero es que hay que ver como se flipa la gente. Sí, tú, te lo digo a ti, cara mono. Que te crees el centro del universo. ¡Taluego eh!

lunes, 15 de noviembre de 2010

Correveidile

Hoy me quedé dormida por la mañana. Y eso que me había acostado un cuarto de hora antes de lo normal, porque estuve leyendo el Cid (maltida Montero) y lo cierto es que me entraron tantas ganas de dormir que tuve que dejarlo a las tres páginas. Y cuando cerré el libro se me cayó un papel de entre las hojas, y lo abrí, y era una carta para mi madre de hace lo menos 25 años de un tal Pedro que estaba haciendo la mili y decía que el pescado que comían sabía a cartón mojado. Y entonces no pude dormir, y se me olvidó poner el despertador, y en vez de levantarme a las 7:05, como cada mañana, mi padre me picó en la puerta a las 7:25, y entonces, en el momento en el que él dijo, en voz baja: ¡Dido! 0,1 milésimas de segundo después, yo grité: ¡NOOOOOOOOOOOO! Y fue como acabó mi sueño, que no me acuerdo de lo que soñé, pero al menos no era el suicidio castañil del día anterior. Entonces corrí mucho para no llegar tarde, pero fue en vano.
Por la mañana, en clase y eso, bien, me dieron las notas de los exámenes etc. Un 9,5 en química (la zorra de la gallina esa me quitó 0,5 porque me faltaba se y en en la definición de solubilidad), un 9,5 en dibujo (me quitó 0,5 por la presentación) y luego en inglés no pude leer El Retrato de Dorian Gray, porque teníamos que hacer una redacción. Luego había lengua y menos mal que no me preguntó los ejercicios, porque la iba a piciar fijo. Hoy, nuestra querida Montero nos dedicó un grandioso momento: "Nunca pongo bien la r a dentífrico" y al cabo de un rato dice: "dentrífico". Y ella va de lista. Luego nada, mates, risas con la Nani, y tal, y luego filosofía, que saqué un 9 en el examen del lunes. Y entonces nos dimos cuenta que Supernanny es como Nani pero muy grande. Y entretanto, Coche Hombres nos deleitó con dos nuevos capítulos de la ya muy conocida saga:



Velocirraptor necesita mi ayuda, pobrecillo, si es que sin mí no es nadie, pero como lo que quiere es librarse de un mal principio, no sé si ayudarle, aunque claro, yo soy todo un alma caritativa, ¿qué no haría por el prójimo? Y más si están en juego dos sabrosos pinchos... y tener que hacer un trabajo a pachas. Creo que está claro.
Parece ser que mi secreto con el Chico Monín/Chuck ya no es un secreto, así que más vale que nadie más se vaya de la lengua, porque esto es un correveidile en toda regla. Así que fin de la historia. Oficialmente declaro esta historia censurada y terminada.
Y ahora estoy en el conservatorio (para variar), después de dos mortíferas clases y otra sesión de Farinelli, jugando al farmville, porque jamás podré desengancharme de este juego, y escuchando la maravillosa canción de The Wave Pictures Bye Bye Bubble Belly, y cuando estaba escribiendo en el título de la entrada correveidile, veo que alguien ya había escrito alguna entrada llamada corre putilla, corre, y me dio por buscarlo en internet, y jobar, es un cacho blog de su madre, se llama downtown, va sobre viajes, y me pregunto de quién será, pero probablemente no lo sabré jamás. Lo cierto es que tengo curiosidad... Y ahora me pondré a estudiar cmc, que mi hermana dice que con esa profe es muy difícil sacar buena nota. ¡A la tarea! Fossils, da da da

domingo, 14 de noviembre de 2010

¿Quién no odia a los padres conspiradores?

Ayer, después de mucho estudiar y poco retener, fui a dar una vueltecica con Coche Hombres y etc. Fue divertido, salvo por el hecho de que mi penitencia, extendida por mí misma, me impidió disfrutar completamente de la situación. Pero necesitaba tomar el aire. Y bueno, pues nada, eso fue más o menos todo. Hoy no hice nada interesante, y tampoco cumplí mis propósitos de levantarme a las nueve para estudiar fuertemente. A veces soy un desastre. Ni siquiera me dio tiempo a ver Phineas y Ferb, y mira tú que yo por eso ma-to. Y por la tarde estuve viendo una peli, así que ni hice los deberes ni ná de ná. Además estoy hablando con Velocirraptor, así que creo que voy a pasar de estudiar...

sábado, 13 de noviembre de 2010

Esta mañana, cuando me desperté, después de desayunar, estuve un rato viendo una de mis series favoritas, Phineas y Ferb. Era uno de los episodios más graciosos de la historia, por no decir el más gracioso. Sólo lo vi por la mitad, pero estaban Phineas y Ferb en la prehistoria, con Candace, y llegaron Isabella y las demás exploradoras en la máquina del tiempo a buscarles, pero no tenían dónde enchufar el cable, así que tuvieron que quedarse allí, pero luego llegó un rayo y le dió a Candace entonces pudieron teletransportarse, y con ellos fue un dinosaurio, y llegaron al museo de historia natural, y Candace se lo fue a contar a sus padres. Al mismo tiempo, Perry the Platypus, Doofenshmirtz, y Peter the Panda, y demás villanos y agentes secretos, estaban en un programa de la tele para reconciliarse y hacer las paces, pero Doofenshmirtz les tendió una trampa y tenía un rayo que hacía que las cosas se paralizasen, y lo accionó sin querer, y el rayo fue al espacio y rebotó contra una antena y le dio al dinosaurio y entonces se quedó paralizado justo cuando los padres de Candace lo iban a ver, y una vez más pensaron que su hija era retrasada. Entonces terminó el capítulo. Pero lo más gracioso está por llegar. Compruébalo tú:


Es extremadamente divertido.
Después estuve estudiando cmc, pero es un rollo y no me puedo concentrar, así que lo dejé porque me aburre, y así es como llegamos a la parte dos del día:
Hace casi un año, allá por diciembre, Paula y yo nos inventamos un personaje para hablar secretamente con el hermano de un amigo, que dicho sea de paso está requetebien, en una especie de red social de trabajo. Cogimos una foto de una actriz no muy conocida, y la llamamos Julia Goya. Y empezamos a charlar con todo el mundo, nos inventamos trabajos y de todo. Y entonces, entre otros pervertidos, llegó Carles, y estuvimos hablando con él como unos dos meses, conversaciones graciosamente subidas de tono, pero en febrero decidimos dejarlo, porque el tipo se estaba enamorando de Julia, y se nos olvidó la contraseña y todo. Pero el otro día, el jueves, nos acordamos, y volvimos, y resulta que vemos que Carles nos había dado su número de móvil y decía que iba a venir a ver a Julia, pero como no lo habíamos leído, pues nada. Entonces le contestamos, y volvimos a hablar con él, y resulta que estaba Paula viendo Cómo Conocí A Vuestra Madre, ¡y salía Julia! ¡Julia es famosa! Genial.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Vaya días

La historia comienza por la noche. Estaba yo en la cama acabando el workbook y haciendo los deberes de mates, creo, cuando decido irme a dormir, pero me había pintado las uñas así que estaba esperando a que secasen mientras escuchaba The Kooks. Y de esto, que oigo: mnmnmmnnnmnn Dido mnmnmn dímelo mnmnmnmn ¡papá! Y me asusté bastante, he de reconocer, y no me pude dormir hasta que me di cuenta de que era mi hermana que estaba hablando dormida. Pero vayamos al fondo de la cuestión.
Esta mañana, como todas, estaba yo tranquilamente escuchando Hoy empieza todo, cuando oigo la canción de Julio de la Rosa Hasta que te hartes, esa que dice: si te gusta verme tanto, igual podríamos quedar todos los martes, todos los martes, todos los martes, hasta que te hartes. Y es que me hizo mucha gracia, porque precisamente los martes es cuando tengo mi media hora libre. ESA media hora libre. En fin. Tras estas divagaciones, y las consiguientes clases, sin ningún hecho digno de mención, excluyendo la soporífera charla de la de cmc, las diarias estupideces de la Nani, y la chirriante e inaguantable voz de la de química del pelo rojo, nada más. Entonces llegó el recreo. Y estaba yo tranquilamente sentada en las escaleras, cuando uno me dice: ¿Qué vas a ir al concierto de Franz Ferdinand? A lo que contesté: ¡ojalá! ¿por? y dice él: porque vi unos cómics. ¡Los cómics de Coche Hombres son famosos! Genial. Y claro, para hablar con él, tenía que inclinarme, entonces fue cuando vi, a unos tres metros de mí, cuatro si soy generosa, al Hombre Cara Castaña, también inclinado, con su camisa de los viernes (contaré las veces que la lleva de viernes) y bueno, eso. Me encanta. No las castañas, de hecho en el amagüestu este nunca las comía, pero me encanta ser malvadamente perspicaz.
Luego teníamos inglés, así que estuve haciendo el resumen del libro The Rachel Papers, el más explícito que jamás había leído, y lo alucinante es que acabo de enterarme de que ¡también hay película! Tengo que conseguirla. Si es tan descriptiva como el libro... y bueno, estaba yo concentrada en mi resumen, cuando me llega el Capítulo 5 de la famosa saga. Protagonistas: Perri el ornitorrinco (castañeo), chuches... Lo malo es que no es publicable, ¡porque era realmente bueno! A lo que yo contesté con otro cómic, mucho más positivo que el anterior, con protagonistas como Queso Rayado y Faba, pero no Faba habichuela, si no Faba en general. Y después, Velocirraptor desfasó con el tema Nani y Vicxor a La Señora en la que Yo me Convertiré Cuando Sea Mayor, la pobre no se enteraba de nada. Y luego, en biología, en el laboratorio, la piciamos, y bastante de hecho, pero bueno, fue culpa del profe, no nuestra. Y bueno, luego hubo filosofía, pero de panchu. Unas cuantas sobradas, incluyendo las de: -Tienes harina en la cara. -¡FARINELLI! JAJAJAJA y -Me hubiera gustado en vez de poner GRRR, haber puesto el castañeo de Perri. -¡CASTAÑEO! JAJAJAJAJA.
Luego salí. Afortunadamente, hacía sol. Estaba yo hablando con el señor Callaham McKenzie y con H/LA, aunque también estaba Alex Turner, cuando alguien se fue de la lengua sobre el tema Chuck/Chico Monín, y es que NO. A estas alturas ya se habrá enterado, lo cual es una catástrofe, porque ya no voy a poder babear públicamente. ¡Demonios! Y bueno, hoy iré de compras, y luego estudiaré, para poder tener libre mañana.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Etcétera etcétera

Lo cierto es que me prometí a mí misma que a partir de hoy no haría entradas tan extensas, porque tengo que hacer la tira de deberes, pero no lo puedo evitar. Hoy, comenzó el día con clase de lengua. Entre otras cosas, destacaron las meteduras de pata de la Montero, como su famoso entendistes, su girar el traste o su ópera de Wagner Tristán (al parecer Isolda se perdió por el camino). Luego tuvimos educación física. Se me ocurrió la feliz y perspicaz (sé que utilizo esta palabra muchas veces, pero es que me encanta) de hacer el test de Harvard escuchando música. Así es que, al vertiginoso ritmo de These New Puritans, subí y bajé escalones como una posesa. Posteriormente, en alternativa, dediqué mi tiempo, en exclusividad, a estudiar dibujo técnico, ya que luego tenía examen. Llegó el recreo (menos mal) y bueno, nada, luego el examen me salió bastante bien, salvo por lo del medio proporcional, que estuve veinte minutos comiéndome el coco porque no sabía qué repámpanos era aquello, cuando, al final, por intuición, imaginación, o como quieras llamarlo, conseguí hacer algo que parecía bien delineado. Después, en biología, pues nada, Coche Hombres hizo lo que llamaríamos el capítulo 3 y 4 de la saga más esperada del año. Aquí lo tienes:



Luego hubo tutoría, y sucedió algo muy extraño, pero como ni me acuerdo ni me enteré muy bien, cuando lo sepa mejor, ya hablaré de ello, ¡eh, Arbeyo! En fin...
Después de clase hubo una pelea, pero no una de esas de: "Te veo a la salida" No, no, una en las que se reparten puñetazos a diestro y siniestro, que yo hasta me asusté. Lo gracioso es que, mientras mirábamos si pasaba algo o no, estaba yo charlando con Velocirraptor y Raquel, cuando a lo lejos vi algo marrón y redondito. ¡Una castaña! Allí estaba, así que yo, aprovechándome de la situación, así que metí cizaña, espero que haya dado resultado (cejas cejas). En ese preciso momento, comenzaron las leches, así que yo me fui corriendo a refugiarme detrás de la espalda de alguien, cuando en mi propia espalda oí lo que parecía el ruido que hacen las castañas cuando se están asando. No sé qué de un tubo y algo, y luego que si se piraba. Dice que ayer le torcí la cara, lo cual me parece genial. Perfecto. ¿Qué digo perfecto? ¡Perfectísimo! Luego me fui a casa de mi abuela a comer, y luego al conservatorio. A las 16:30 tenía historia de la música, y cómo no, no había hecho los deberes. A toda prisa escribí las siete respuestas que primero se me ocurrieron, para que luego el profe no nos lo pidiese. ¿La razón? Estuvimos viendo una peli. Es gracioso, porque en el fondo de pantalla el profe tenía una foto de un montón de condones de colores, y aproveché para capturarla con mi móvil. La pondría aquí, pero me parece un poco de mal gusto. La peli estaba bien, de hecho, bastante bien. Los Farinelli, Los Castrati, o algo así. Iba sobre unos italianos a los que les capaban para cantar más agudo. Lo gracioso es que son todo escenas de sexo. Mucha risa. Además, el tipo necesitaba al hermano para, bueno, para correrse. Me parto. Bueno, luego tuvimos análisis, lo que dio lugar a otro capítulo de la saga (el cuarto) y luego piano. ¡TOMA! Mi profe estará de baja hasta enero. ¡Genial! Y bueno, pues ya está, eso ha sido mi día número 15844237, creo. ¡Cheers!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La continuidad de la continuidad de la continuidad

Hoy es 10 de noviembre. Y la cosa transcurrió así: inglés, dibujo técnico, biología. ¡Ah, sí! Primer dato a mencionar.
El señor Callaham McKenzie, de porte alto, que no altanero, ha, fugaz y perspicazmente, descubierto los datos insospechados e inocentes que revelan, una vez más, el hecho de que un energúmeno no identificado al que él sí identifica, provoque salivaciones extremas a un reducido grupo de piltrafillas sin escrúpulos. Resumiendo: se ha enterado de lo de Chico Monín, al que a partir de ahora conoceremos como Chuck. Pero como soy un hacha de la mentira, probablemente ni se haya dado cuenta (muahahahahahaha).
Después de biología, recreo. Velocirraptor me escondió mi manzana, así que le obligué a que me invitase a un pincho, lo cual él aceptó abiertamente. Debido al granizo, fuimos a la cafetería del instituto. Me comí medio pincho de pollo mientras pensaba en mi querida manzana, la pobrecilla ahí sola. Me sentí culpable, así que quise convidar a Velocirraptor a una Coca-Cola, pero mi dinero estaba en clase, y aunque se me da bastante bien lo de robar, no quiero ir a la cárcel. Así que subimos a clase, y entonces encontré mi manzana en el cajón de Hugo. Bajamos otra vez, porque, afortunadamente, había dejado de llover y de granizar. Fuimos al cívico, con la suerte que, en el paso de cebra, empezó a oler a castaña quemada. Alguien la dejó en el fuego demasiado tiempo. Aprovechándome de la situación, gracias a mi listura, mi plan obtuvo los resultados esperados. La Castaña está terriblemente celosa y yo estoy terriblemente contenta, ¡ñejñejñejñej!
Y bueno, no hay mucho más que sea digno de mención. Hice un examen de filosofía de seis caras, ¡SEIS CARAS! a mi tamaño de letra, lo cual son muuuuuuuuuchas cosas.

martes, 9 de noviembre de 2010

La continuidad de la continuidad

Hoy todo transcurrió como de costumbre. La lista de Arbeyo (sí, arbeyo se escribe con ye, lo busqué por internet!) le dijo a H/LA que a mí me gustaba El "Otro" Alex Kapranos, al que a partir de ahora conoceremos como Chico Monín. Pues bien. No contenta con eso, se le ocurrió la feliz idea de apostarnos un reto a que no suspendía el examen de mates. Y así transcurrió la mañana. Siete horas infernales. Y mi manzana también lo sabía. La pobre, en primera fila, tuvo que aguantar los rollos de los profesores. No tiene corazón. La manzana, digo. Bueno. Tras los cómicos y artísticos dibujos de la perspicaz Coche Hombres (aunque no sé lo que significa perspicaz)


Capítulo 1


Capítulo 2

llegó la clase de matemáticas. La Nani, no contenta con no haberme suspendido, me aprueba por los pelos, lo cual es aún peor. Lo que era un 4,95 se convirtió en un 5, y así es como llegó mi suplicio. Bueno, tampoco fue tan grave, es sólo por darle un poco más de emoción al asunto. El caso es que ahora tenía que asegurarle YO a H/LA que me gustaba Chico Monín. Y así lo hice. Aún no he podido completar la segunda parte del encargo, la cual es congratular al espécimen ya mencionado, dado que hoy es su día secreto (no digo cumpleaños porque alguien lo puede relacionar con la identidad del personaje en cuestión). Pero, ¡uy! ¡qué pena! Estaba diluviando así que no me fue posible hacer tal cosa. Lo que me lleva al segundo punto del día.
Normalmente, sí, ya sé que es un mal hábito, hago lo que yo llamo circuspectar hacia una perspectiva más viable. En resumen, me da vergüenza admitirlo, pero persigo a la gente. No debería, ya lo sé, porque está feo y porque es una pérdida de tiempo. Si algún día, azarosamente, me topo con alguien interesante por la calle, automáticamente en mi coco se establece una alarma con hora y fecha permanentes. Y esa alarma no suena a la hora de la actividad mencionada, si no que me está recordando el dato en cuestión no minutos antes, ni horas, sino días. Por ello es que, para no descontentar a mi coco, realizo lo que he apodado como establecer mi rutina de visitas. Usualmente, esa rutina sólo incluye una visita. Pero tal es mi suerte que los martes, tal día como hoy, las visitas se duplican, en una fracción de quince minutos. Pondré un ejemplo que para nada es el caso real: a las 15:55, generalmente me encuentro en el lugar en el que debería estar si quiero comprar castañas asadas en el parque San Francisco. Así es la cosa, que a las 16:00 estoy comiendo castañas asadas por alguna calle circundante. Con tal fortuna, que a las 16:05 exactamente, cuando ya se me han acabado las castañas asadas, me topo con otro personaje principal, ya mencionado. Y es que eso sólo ocurrió una vez, pero acostumbro pasar por ahí sólo por si las moscas (for if the flies) vuelve a pasar. Pero no. Por eso he decidido que, desde hoy, voy a dejar mi mal hábito. Estás tú de testigo. Fin de la historia dos.
Ahora mismo me encuentro en el conservatorio (para mi desgracia) porque quedan unos dos minutos para clase de informática. Y adivina quién está en el ordenata de al lado. Pepe Luis/Alejandro. Se levanta, se va. Debería irme yo también puesto que ambos tenemos clase en el mismo lugar a la misma hora. Oh diooos... El Hijo de mi Profesora de Inglés, en efecto, es rubio, de barbita, y tiene la funda de la guitarra dura, así que, Arbeyo, sí, es él.

lunes, 8 de noviembre de 2010

La continuidad

Antes de comenzar contando las historias que me pasan por la mente, me gustaría rectificar un par de cosas. Primero, quisiera retirar lo de hombre/lorza andante ya que me parece algo bastante cruel y desagradable, así que a partir de ahora sólo será H/LA y sin significado, sólo las siglas. Pues bien, tras esa aclaración, voy a añadir a un par de personajes principales más. Continuaré con mi lista:
9. Velocirraptor. Al principio pensé que era el típico flipadillo que hay en todas las clases, al que además de eso no le veía ningún atractivo. Pero parece que el tipo no es tan malo como parece. Sin más.
10. "Preciosa". Las comillas no significan que no lo seas, que conste, pero como te he tenido que poner ese nombre a la fuerza, de paso lo remarco. A parte de ser la peor achatadora del mundo, que pancima achata hasta a sus propias amigas (cara de mirar mal), y se forra a muffins del Tesco, diré que es una bellísima persona (por dentro y por fuera) porque si no mañana mi cara estará estampada contra el muro de algún edificio.
11. Como Buenas Hermanas. Como Buenas Hermanas, sí, es una persona. Una que comparte mis pasiones desenfrenadas, mis cotilleos privados y mis comentarios algo salidos de contexto, pero mola porque lo compartimos todo, ya sean castañas, almendras, o nueces. Ella planea, yo llevo a cabo. Así es como funciona.
12. Los chicos de mi clase de informática musical + el de música contemporánea. Incluye: el de la cara chupada que antes era una bola, el Pepe Luis/Alejandro, y el hijo de la amiga de mi exprofesora de inglés. Estas clases son una diversión asegurada. No me aburro ni un ápice. Incluso quiero llegar pronto a clase de piano para poder ver al último de ellos.
Bueno, dejando esto a un lado, sólo comentaré que a) a la castaña ya le pueden dar morcillas, que se vaya a freír espárragos, que seguro que le queda un plato muy sabroso, y b) no me lavaré la mano derecha en una semana. ¿Por qué? Esa es una pregunta de fácil respuesta: estando yo en clase, Como Buenas Hermanas me advirtió de que hoy era el día de El "otro" Alex Kapranos. Yo, con mi gozo que no cabía en un pozo, contesté: "Llevemos a cabo nuestro plan hoy". Sinceramente, no me parecía mala idea, ya que este acontecimiento llevaba retrasándose mucho tiempo, incluso más del debido. Desgraciadamente, no hubo forma de hacerlo cuando se tenía en mente, así que hubimos de aplazarlo otra vez. Pero tal fue mi fortuna cuando, de la que subíamos a clase, Como Buenas Hermanas y yo, guiadas por nuestro instinto, o por lo que no era exactamente nuestro instinto, subimos las escaleras fuertemente motivadas. Estaba tan mareada que sólo veía negro. El negro de sus pantalones. Madre mía. Desgraciadamente, la fiesta terminó pronto, ya que eran sólo dos pisos. Unas tres horas más tarde, como habitualmente, acabaron las clases. La gracia fue que, alguien (Arbeyo) se fue de la lengua delante de otro alguien, aunque la verdad, no creo que haya sido tan listo como para haberse dado cuenta (recemos por ello). El caso es que ahí es donde interviene "Preciosa". Le dice al tipo en cuestión un comentario, que sí, "Preciosa", dijiste que fui yo quien te lo dijo, lo cual no me hizo ni puñetera gracia, pero en fin, está bien, probablemente no se haya dado cuenta. El caso es que, en un momento de altitud emocional, extendí la mano, tal y como dictaban mis planes, para congratular al espécimen hablado. Lamentablemente, su mano derecha aguantaba un paraguas, ya que estaba cayendo agua a mares, así que tuve que estrechar su mano izquierda, lo cual, según dicen, da mala suerte. Pero bueno. Y esa es la historia de por qué no me lavaré la mano en una semana (tampoco es que lo haga muy a menudo, claro está). Por lo demás, no hay mucho más que comentar, salvo que Velocirraptor y yo, en un intento de comunicación, nos dejamos mensajes implícitos durante la hora de inglés: yo le dejo notitas en su archivador mientras que él se dedica a comentarme TODO lo que escribo en mi mesa. Fin de la historia, y hablando de historia, me voy a clase de Historia de la Música, que ya va siendo hora.

domingo, 7 de noviembre de 2010

El principio

Sé que puedo airear mis trapos sucios abiertamente porque probablemente nadie leerá esto nunca. Lo más divertido de todo es que me siento MUY bien haciéndolo. Hay varias personas de las que probablemente hable muy a menudo, con lo que te las presentaré:
1. Yo. Dado que este es mí blog y que trata sobre mí, el personaje número uno soy yo. ¿Qué voy a decir de mí misma? Vivo en el cuarto pino, tengo cuatro peces por mascotas a los que, por no esforzar a mis neuronas, he llamado igual, salvo por el ligero cambio de ponerles un número, aunque en realidad es totalmente aleatorio. Sufro ocho horas semanales por hacer algo que, en realidad, tengo claro que no me servirá para nada. Comparto una banda que simplemente, digamos que no avanza a un ritmo muy prosperante, pero bueno, aguantando. Ehmm... ¿qué más? Nada por el momento.
2. Mi hermana. No la soporto. Me saca de quicio cada dos por tres seis. Pero bueno, es normal.
3. Mis padres. Otro tanto de lo mismo. Mi padre, vale, es aguantable salvo cuando se pone pesado con The Strokes, le encantan, desde que fuimos a ver a Julián Casablancas por el verano. Mi madre es simplemente una pesada, lo único que sabe hacer es gritarme porque no quito la ropa de la silla y darme la paliza sobre lo que le cuentan sus amigas. Al menos mi padre sabe dialogar.
4. Mi filosófica profesora de piano, Pilar Lobo. Es como mi conciencia, pero personificada. Me odia, para qué engañarnos, pero tendré que sobrevivir con ella durante un año más.
5. Faba. De ahí viene lo de Fabalover. Abichuelín. Ya sé que se escribe con h, pero es que él lo escribía así. Espero que nadie relacione nunca esto con lo otro, si no, ya puedes darme por muerta. Era el tipo ideal hasta que dejó de serlo. Recuerdo los momentos que pasé con él como si hubiese sido ayer. Pero no, fue hace muuuuuuucho tiempo.
6. El hombre/lorza andante. Me parece un poco cruel llamarlo así, pero es que no podía pensar en otro nombre. Su teoría sobre los osos polares me hizo reflexionar sobre la vida. Parece que le gustaban todos los animales en general, particularmente los más extraños. Me hacía gracia pasar el rato con él.
7. El hombre cara castaña. Mi última adquisición, que me está llevando más de un quebradero de cabeza. Sin embargo, tampoco parece importarme mucho. Simplemente lo dejo llevar. La verdad que hay momentos en los que me estresa bastante, pero bueno, gajes del oficio. Es extraño si lo piensas, no sólo él, si no la forma en la que comenzaron las cosas. Lo que parecía una simple piscina no era más que un lago, el lago de los cisnes. Ya que es lo último de lo que podría hablar, y lo más actual, le dedicaré mucho más tiempo. No te olvides de este nombre: hombre cara castaña. HCC, para abreviar.
8. El "otro" Alex Kapranos. Tiene su estilo, su porte, su elegancia. Tiene su pelo, su cara, su aire escocés. Me provoca secreción salival cada vez que lo veo por el pasillo. Le había echado el guante hace unos cuatro años, pero jamás pensé que aquel tipo extraño sería lo que yo llamaría amor platónico (si no cuentas a Luke Pritchard, claro está). Es indescriptible lo que se me pasa por la cabeza cada vez que ronda por ahí.

Estos son los personajes principales de la historia. Claro está que hay muchos más, pero probablemente estos sean los que ocupen la mayor parte de las páginas (si esto se tratase de un libro). De todas formas, no soy muy buena guardando chismes, así que la mayoría de lo que digo ya lo sabe todo el mundo.