lunes, 22 de agosto de 2011

Muy mono

El viernes fui al Monkey Day en la Laboral, y estuvo genial. Mirad cómo mola, tienen hasta un anuncio.



A las cuatro me cepillé el pelo muy pero que muy rápido y salí de casa corriendo para comprar algo para cenar y luego fui a la estación de Llamaquique a coger el tren, pero al final me sobró un cuarto de hora, así que menos mal que le robé los auriculares a Luzía, porque si no me habría aburrido mucho. Y nada, llegué a Gijón, y había quedado con Raquel en la estación, y su padre nos llevó en coche, lo cual fue mucho mejor que coger el autobús, y cuando llegamos eran como las seis más o menos, y fuimos a la terraza, donde había una cafetería con tumbonas para tomar el sol, y nos sentamos en la fuente mientras charlábamos y veíamos El patio de tu casa y Willy Naves, los primeros demasiado poperos y los segundos muy bien hasta que empezaban a cantar.


Luego no me acuerdo muy bien, pero creo que fuimos a la plaza, porque habían empezado Chiquita y Chatarra, que sin duda era mucho mejor que escuchar la lastimera voz de Willy Naves, y me gustó bastante, incluso tengo música de ellas en el iPod, que por cierto lo tengo pegado con celo, porque se me rompió, y bueno, el caso es que eran dos chicas que tocaban muy bien, batería y bajo.
Y nada, ahí estábamos Raquel y yo, charlando, y luego vinieron Charles y Dacosta, y también estaba Erik por ahí, pero sin su fabulosa banda, y empezó The New Raemon, que me gustó mucho, porque empezaron con Lo bello y lo bestia, creo, pero no tocaron Te debo un baile, que sin duda es mi canción favorita de ellos, pero bueno, estuvo muy bien igual, aunque me decepcionaron por no tocar esa y tantas del disco nuevo, y he de reconocer que me enfadé bastante. Pero le perdono.

Luego esperamos sentados ahí en unos escalones haciendo cómics por detrás de la invitación a la fiesta de después del concierto a que llegaran We Are Standard, la banda más, no sé, más genial del País Vasco, por no decir de todo el norte del país, pero con la página más ruidosa y chirriante del mundo. Y qué decir tiene, estuvieron a-lu-ci-nan-tes. Creo que recuerdo todas las canciones que tocaron y prácticamente en orden: Other lips, other kisses, una nueva que estrenarán en septiembre y que tocaron tres veces, Don't let the children play around, The last time, The first girl who got a kiss without a please, Bye bye bye, On the floor y I'm waiting for the man. Igual alguna de éstas no la tocaron, pero estaba tan extasiada que no me acuerdo. Pero es que en serio, fue la leche, pienso ir a todos los conciertos suyos a los que pueda. El pobre hombre que canta -no tengo ni idea de su nombre- tenía el codo roto, pero aún así nos hizo bailar y saltar y uf, me encantó. Y allí estábamos, en primera fila, delante del cantante, en medio del escenario, y yo al menos dándolo todo. En serio, fue genial. Alucinante. Asombroso. Maravilloso. Yo creo que fue el mejor concierto al que fui en mi entera vida, y he ido a unos cuantos. Incluso mejor que el de Vampire Weekend, creo. Así que imagínate.



Tras salir de mi maravilloso estado de alucinación mental y calmarme un poco de tanta agitación y embelesamiento mientras cambiaban el escenario y cenábamos algo, llegó Delorean -el coche fantástico no, la banda- que estuvo bastante bien y eso, pero no sé, me decepcionaron un poco, puede que haya sido porque esperaba más de ellos o porque We Are Standard habían puesto el listón muy alto. A ver, que lo hicieron muy bien y eso, tocaron las canciones geniales, abriendo con Stay close, Deli, Seasun, Real love, As time breaks off y alguna más por ahí, pero alargaban mucho el principio de las canciones, aunque estuvieron muy bien igual, y por eso pienso volver a verlos en San Mateo. Y papá también va a ir. Me gustó, a pesar de la leve y ligera decepción.




Llamé a Carmen y a Amanda en el descanso, a Amanda para ver qué era de su vida y para contarle qué tal, y a Carmen, para felicitarla, que en diez minutos era su cumpleaños. Después vinieron Cansei de Ser Sexy. Tenía altas expectativas con esta banda, porque bueno, eran brasileños, hacían buena música, no sé, tenían pinta de ser algo diferente y eso. Y lo eran, pero no me gustaron tanto, puede ser porque no tocaron sus mejores canciones, sólo Alala, Music is my hot sex y Let's make love and listen death from above. La cantante estaba loquísima, llevaba un traje de torero de esos y luego se quitaba cosas de repente y acabó con una camiseta roja y unas medias rotas y unos vaqueros cortos y desfasaba muchísimo por el escenario, como una chiflada, y los de al lado como locos metiéndose de todo y más p'allá que p'acá. Pero lo hicieron bien, jolín. Me faltó la de Superafim sobretodo, porque tocaron demasiadas canciones nuevas. Pero la tía saltaba con tanta energía y trotaba tanto por ahí que te daban ganas de bailar igual.

Y por fin llegó el momento que todos estaban deseando. Mogwai. Aunque tardaron un montón en montarles el escenario a los escoceses, obviamente mereció la pena. Tenían su propia batería y una pantalla detrás en la que proyectaban vídeos y cosas. Ampliaron el escenario de repente y estuvo muy bien, aunque como empezó a la 01:30 de la mañana, se salía de mi estricto horario de sueño, y claro, se me cerraban un poquitín los ojos. Lo que más me sorprendió fue que en la pantalla salía una imagen como la de la portada de Hardcore will never die, but you will, que luego vi en la peli de Barbra Streisand El príncipe de las mareas, y que me tiene loca porque por más que miro en internet no sé dónde es y odio querer saber algo y no poder saberlo, es una sensación horrible, llevo como una hora buscándolo y nada. Es algún sitio del East River de Nueva York, cerca de Brooklyn, supongo, hacia Long Island, con rascacielos a un lado, pero no lo sé y me estoy volviendo loca. El caso es que el concierto fue una maravilla y me gustó mucho. A pesar de que tenía un sueño terrible.





Y nada, el concierto acabó, estuvimos allí un ratín y luego nos fuimos a casa. Dacosta compró una camiseta de Mogwai y mis padres fueron a buscarme. Estuvo genial. Luego veía los vídeos y no me parecía que hubiese sonado igual que cuando yo estaba allí, pero bueno.

Y el sábado fuimos al cumpleaños de Carmen, a Gijón otra vez, y nada, muy bien, estuvimos tomando copas en Tribeca. No le llegó la carta que le mandé, pero bueno.

Vaya cómo me he currado los hipervínculos.

viernes, 12 de agosto de 2011

Reflexiones on my way home

He's not even a friend, we're just workmates.
He's not even a friend, we're just workmates.
He's not even a friend, we're just workmates.
He's not even a friend, we're just workmates.








Keep telling yourself until you believe it.