miércoles, 15 de diciembre de 2010

Como el vino

Hoy en clase fue todo normal, y eso, ningún hecho destacable salvo otro grandioso abrazo del señor Veloci, pero bah, sin más, nada que comentar.
Nunca te he hablado de Dobby el Elfo Doméstico, probablemente, así que te presentaré un nuevo personaje.
Es pequeño, pero avispado y servicial. En cuanto le pides un favor, ya sea que te zurza los agujeros de los calcetines, te lleve los libros al salir de clase, te pida un taxi porque hayas perdido el autobús o te preste celo para pegar castañas, cree que eres su amo y te está dando todo el día la turra, momento sí momento también, 24 horas al día, 7 días a la semana, por poca cosa que le digas, te tendrá como su Amigo Confidencias o como su maestro de malas artes. Así es que, durante estas dos semanas, no se conforma con hablar conmigo en clase o un rato si no, la cosa es que me da tanto la tabarra que me dan ganas de vomitar.
Hoy también salí por la tarde a comprar cuerdas para la guitarra vieja. Entonces aproveché y estuve mirando acústicas para pedir a los Reyes Magos. Y bueno, había unas muy chachis y tal, no sé, la señora de la tienda me sacó unas cuantas y las estuve probando y eso, pero todavía no me decidí a cuál comprar, aún no lo sé.

Y ahora escucha esto, llevo todo el día con la canción en la cabeza:

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