Vaya mortífero todo. Empezaré con el lunes. Fue un día muy chachi hasta eso de las cinco y media, cuando fui a clase de análisis para hacer el examen porque el jueves no lo iba a poder hacer y allí no apareció ni dios. Ah, y antes volví a las andadas planeando una ruta alternativa desde la biblioteca hasta el conservatorio, con rodeos incluidos para cuadrar la hora de encuentro.
Como no pude hacer el examen, le pedí a Jorge que me acompañase a comprar la bebida para el Martes de Campo. Total, que llegamos a cámara y charlamos con la profe y le dimos coba o alcoba o no sé cómo se dice y tocamos cuatro frases de cada movimiento de la sonata y dijo: 'Hale chicos, a freír!', bueno, no dijo exactamente eso, pero fue como: no volváis por aquí y no quiero que me cojáis el año que viene. Cámara liquidada.
Luego Jorge me acompañó hasta donde mi madre me iba a buscar porque tenía tanto calor que no me apetecía caminar y le dije que me llevase a teatro y fui a teatro y estuve una hora, de la cual sólo ensayamos veinte minutos entre cambiarse de ropa y ponerse el traje y patatín y patatán y luego yo dije que me tenía que ir porque estaba cansadísima.
Ahora viene lo bueno: Martes de Campo.
Acabo de llegar a casa y estoy muertísima. Me duele todo. ¿Y por qué? Pues por esto:
Pensé en que lo más apropiado sería levantarme a las 9.30, ya que habíamos quedado a las 11.30 y tendría que coger el bus de en punto. Decidí no poner el despertador porque si no tendría que cambiarle la hora y bla bla bla y no me apetecía, y como siempre me despierto antes aunque luego me duermo pues pensé: venga Dido, no pongas el despertador pero estate atenta porque a las 9.30 tienes que levantarte. Y estuve todo el rato soñando que era domingo y que tenía que ir a Galicia a un concierto de los Arctic Monkeys porque me iba a llevar papá y tenía que levantarme pronto y me quedaba dormida y no me daba tiempo a lavarme el pelo ni a desayunar y tuvimos que ir papá y yo corriendo a Galicia a ver el concierto y creo que ni siquiera teníamos entradas. El caso es que estaba tan preocupada en sueños como en la realidad, y no pude dormir y me desperté, desde las 7.15, cada cuarto de hora, pensando que no me iba a dar tiempo, y además estaba muy desorientada. Total, que no dormí casi nada.
A eso de las 11.30 fui a casa de las gemelas y claro, cómo no, estaban aún sin preparar. Así que no salimos hasta las 12.00, y claro, yo estaba atacadísima porque no nos iba a dar tiempo y el concierto empezaba media hora más tarde. Compré una empanada y fuimos corriendo. Y nada, eso, esperamos ahí a Gabriela y yo seguía de los nervios, además hacía mucho calor y fui cargando con una botella de trina de manzana todo el camino y no me apetecía.
Llegamos y dejamos las cosas corriendo y fuimos a ver el concierto pero como siempre se había retrasado. Y nada, tampoco es que me acuerde de todos los detalles, aunque ocurriesen hace diez horas, pero bueno. Vimos a Sextilis tocar y moló mucho, con canciones como Last Nite, El incendio, The View From The Afternoon, Where is my mind, Creep, Acquiesce, Plug in Baby, Time is Running Out, Wake Me Up When September Ends, American Idiot, y cómo no, la maravillosa Michael.
Luego comimos la empanadilla y algo más Elena y yo y volvimos a ver a los otros grupos. El segundo me gustó pero tampoco nada especial, el tercero me gustó bastante porque tocaron Are You Gonna Be My Girl y Seven Nation Army y Song 2 y algunas más que no me acuerdo. Una de Blink-182 y no sé qué más. El cuarto no me gustó nada porque lo único que hacían era 'uuooooorrrrrgggggghhh' y rugidos semejantes y no me prestó nada. Y el quinto, los Morrigans, me gustaron muchísimo, porque no sólo abrieron con Sweet Home Alabama y vino todo el mundo corriendo a escucharlos, si no que también tocaron Money for Nothing de los Dire Straits y sabía que a mi mamá le haría mucha ilusión cuando se lo contara y me sorprendió mucho escuchar una canción así en un concierto así. Y las canciones que componían ellos eran muy buenas y además el tipo de la guitarra-cantante tocaba genial, incluso con la guitarra detrás del cuello, que era algo que no había visto hacer nunca en directo. Y nada, eso, me gustó un montón. Los conciertos fueron alucinantes.
Fuera de la música, el resto se podría decir que fue una mierda. Me cabreé mucho con el tema Girasol porque esa tía me saca de quicio, o sea, es que en realidad no me cabreé por lo que podría haberme hecho a mí, que al fin y al cabo es una gilipollez, pero es que si sólo me lo hubiese hecho a mí, que también lo intentó hace unos meses otra vez, pues vale, pero es que no soy la única afectada por esa grasosa de mierda asquerosa a la que odio con todas mis fuerzas y que si pudiese no volvería a ver ni a dirigirle la palabra en mi puñetera vida, furcia de mierda, que eres fea como un cardo borriquero! Hala, ya me he quedado a gusto, a por otra cosa, mariposa.
También estuvimos hablando largo y tendido con Patric, sobre moda, combinaciones de colores y accesorios y vestidores. Él sí que sabe. Viva la policromía.
Eso, que estoy muerta, reventá, tenía pensado estudiar algo de literatura -de mates ya hice folio así que nada- hoy cuando llegase a casa pero eran las 20.00 y tenía que tocar el piano, que mañana tengo concierto, y además es en el auditorio, y sé que me voy a poner muy nerviosa y que la voy a cagar y que va a ser una mierda pero el Vals del Minuto sólo dura dos minutos, a pesar del título, así que no me dará tiempo a meter la pata apenas. O eso espero...
Y hala, eso, que mañana examen de mates y estoy que reviento. Y que odio a Girasol. Y que me encanta Michael. No me refiero a la canción, no no. ¡Ah! Mañana concierto de Sr Chinarro, muy chachi, a ver si me da tiempo a ir después del ensayo de teatro.
Mítica canción de Hoy Empieza Todo de Radio 3.
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