jueves, 10 de marzo de 2011
nautiqueando
A pesar de haber pasado un fin de semana bastante estupendo y una semana asquerosa, como el jueves es el día que está en el medio, debería ser el punto culminante de la semana asquerosa, y sí, lo ha sido. Bueno, a su manera. A pesar de que se me cayeron las bragas por el pasillo al toparme de frente con el hombre que desde 2º de la ESO y que estuve nautiqueando con Trencaman en el ascensor, cuando no se me pudieron caer las bragas otra vez porque ya las había perdido horas antes, y de que Pilar me quitase el estudio para el examen, y el vals, el jueves tenía que ser el punto culminante de la semana asquerosa, y lo fue. No digo que no me haya pasado un montón, que sí, claro que lo he hecho, y me siento superultramegaculpable por ello, es más, aunque me de vergüenza admitirlo, me he echado a llorar. Pero lo hemos hecho unas 20 veces con Manuel, y claro que se lo tomó mal al principio, pero luego comprendió que no era en plan jaja y que lo mejor era que se tomase una barrita de All Bran para paliar su mal humor. La he cagado y no me siento mal por el hecho de haberla cagado, si no por el hecho de se lo haya tomado tan mal. Quiero morir. Y estoy pensando cómo. No sé qué más decir, salvo que la semana asquerosa aún no ha acabado y que sé que lo que viene no va a ser tan malo como lo que ya vino pero que será malo igual y eso me disgusta mucho.
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