Bueno, el caso es que eso, que hoy fue un día horrible y tal, es que llevo dos semanas siendo Vity Sandoval constantemente, me echo a llorar en cuanto alguien me toca, raramente sonrío de forma voluntaria, etc. Odio estar así, pero es inevitable. Por la mañana estaba bastante contenta, recuerdo incluso haberme encontrado a mí misma sonriendo sin darme cuenta. Luego, al mediodía, estaba fatal, además todo el mundo me adelantó con lo de las rebanadas humanas porque lo estaban copiando de los de la semana anterior, y yo que lo intenté hacer por mi propia cuenta, no pasé de la segunda hoja. Cuando fuimos caminando al Peggy Sue's, dios, pensé que me iba a dar algo de toda la rabia, ira, enfado, tristeza y pesar que tenía acumulado. No creo que sea sano. El caso es que tuvimos que esperar una eternidad delante del Peggy's y luego entramos, y la verdad es que el sitio está genial, o sea, es maravilloso, la decoración, la música, que la puedes elegir tú misma entre una amplia selección de música de los cincuenta, sesenta y setenta, y las tartas y los brownies están de muerte, o sea, echo de menos la gofrería, para mí no hay lugar mejor, pero por otra parte éste tiene otro rollo, aunque también queda mucho más lejos. Bueno, el caso es que Amada, Gabriela, Cris, Isa y yo comimos como unas gochonas. Estaba de muerte. Pero a las cuatro nos empezaron a servir la comida con lo cual no pude ir a ver a Alba Calle tocar, aunque la había visto el lunes así que no había mayor problema, hombre, sí, claro que lo había, le había prometido que iría a verla pero no fue por una razón de voluntad por la que no fui, si no por una causa temporal.
Luego fuimos Amada y yo a casa de Gabriela, pero nada, no nos quedamos mucho, porque su perra está loca, y luego me fui a dar una vuelta bajo la lluvia porque realmente lo necesitaba pero en el parque no había nada de portadas ni nada así que nada, pasó una cosa antes y luego llamé a Elena desesperadísima porque todo era horrible para ir a teatro pero no me apetecía nada de nada porque me encontraba fatal y cuando me preguntó que qué me pasaba por poco me echo a llorar, lo cual no es muy bueno para ir a una clase en la que necesitas estar despierta y pensando, menos mal que en teatro no hicimos nada importante, y se me fue aclarando el ánimo poco a poco, aunque no completamente ni por asomo.
Cuando llegué a casa, es decir, hace una hora, no tenía nada de hambre, de hecho tenía unas ganas terribles de vomitar y echarlo todo, pero no salía nada. Mientras mi familia cenaba y eso, yo me puse a ver unas cuantas canciones del concierto de Franz Ferdinand en Brixton. Ver o escuchar Franz Ferdinand cuando me siento triste es bastante maravilloso, porque aunque me da ganas de llorar, así lo exteriorizo y me siento mucho mejor después. Sobre todo con canciones que arrancan con un buen ritmo, como Your Diary o Take me out o Jacqueline. Y de repente me encontré tumbada en el sofá moviendo los pies al ritmo de la música, y eso me hizo sonreír, aunque sólo fuese un poco. Y ahora voy a ver una peli de Woody Allen, Celebrity, a ver si se me sube el ánimo o algo, porque la verdad es que no tengo ganas ni de salir mañana ni nada, pero no puedo vivir para siempre en mi cueva y nutrirme de helado y ver películas románticas hasta que me quede sin agua ni sales en el cuerpo que poder llorar. Seguro que si duermo un poco, que no he podido dormir en toda la semana por culpa de La vida es sueño y Vacas, cerdos, guerras y brujas, y por cierta persona y nuestros conflictos, me sentiré mucho mejor.
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