lunes, 24 de enero de 2011

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Esta mañana escuché en Hoy empieza todo que un tipo galés había desarrollado una fórmula en la que calculaba cuál era el peor día del año según el tiempo atmosférico, el dinero que tenemos en el bolsillo y lo lejos que están las vacaciones de Navidad. Yo no me lo creía, la verdad, jamás pensaría que hoy sería el peor día del año. Y llegué muy feliz a clase, pensando en la formulita. 1/8C+(D-d) 3/8xTI MxNA, o algo así, en fin, en aquel momento ni sabía qué fórmula era ni me importaba.
Llegué a clase en el momento mal calculado, mañana tendré que espabilar un poco más. Las clases de la mañana transcurrieron de forma totalmente normal. A segunda hora, en dibujo, tuvimos examen de homologías, cosa de la que yo, aunque estaba enterada, no tenía en mente, así que fue como un examen sorpresa para mí. En inglés, como no vino la profe por quinta vez, pues estuvimos 'charlando', o por así decir, en fin, con toda la parafernalia de 'deja el brazo muerto' y esas estupideces. Sí, ya estoy empezando a divagar. En fin.
En el recreo la amable Amada -y pongo amable para que lo vuelvas a hacer- me compró una napolitana de chocolate que resultó ser media y compartida con medio mundo, o sea, Elena. Luego, en lengua y eso, Amanda y yo estuvimos pintando en los libros -pirámide de JEs y esas cosas- y entonces fue cuando la Monti dijo que quién tenía un libro que le sobrase, y al parecer era yo la única, así que se lo llevó junto con mi pirámide de JEs y otras frases no mencionables aquí en este blog público. La de mates chifló como siempre y yo me harté y quería que llegasen las dos y media no sólo por salir de aquella maldita cárcel, si no por otras razones de peso, ¡eh Amanda! Luego en filosofía pues nada, fuimos al salón de actos.
A la salida -bendita salida- caminamos hasta casa de mi grandma y tuve, indeliberadamente, que ofrecer dos bombones a cada gemela, después de que mi hermana se hubiese comido tres de los míos y me hubiese puesto papeles dentro de envoltorios, ¿se piensa que soy tonta y que me voy comer sus chuletas de matemáticas? Así es que entré en casa tati hecha una furia pero mi hermana me dijo que había sido una broma y que no se había comido ninguno -cosa que yo no creo- pero mi furia desapareció cuando, sorprendentemente, quité Bob Esponja para ver qué más había, aunque a las tres y media de la tarde lo único que hay es basura inmunda, pero no, ¡había Cómo conocí a vuestra madre! Aunque era un episodio que ya había visto la semana pasada en internet, no me importó, porque era buenísimo, buenísimo te digo.
Luego fui al conser y justo cuando estaba en el momento más importante del farmville -construyendo un orchard- Little Big Raúl, alias mi profe de historia de la música, me hizo cruzar la pared-cortina para ayudarle con no sé qué del proyector. En fin, eso se valió llegar cinco minutos tarde. Luego nada, después de clase, como todos los lunes, Javi Pereda y yo salimos a comprar chuches, muy a mi pesar porque eso significaría toparme con Manuel y luego le diría la gente que lo estoy persiguiendo y que estoy obsesionada con él. Parecía que no estaba pero justo cuando Petardea pagó las chuches, salió y fue horrible y tuve que irme corriendo por culpa de Javi, que me estaba tentando con unos ladrillitos de regaliz y nube. Le dijimos a Beatriz Campillo que teníamos concierto así que salimos media hora antes de clase, tiempo que Carmenzuela y yo aprovechamos para bailar delante de la biblioteca una canción muy chachi, Je ne veux pas travailler. Un baile muy interesante, debo decir. Luego estuvimos en los ordenadores, y como tienen mal la hora, pues llegué nada más y nada menos que un cuarto de hora tarde a clase de cámara. Con la tontería de que hoy era el peor día del año y que estábamos tocando Only you, salimos antes.
Se me olvidó el libro de filosofía en casa, con lo cual, no puedo estudiar -bonita excusa para seguir viciando al farmville-, toqué el piano unos cinco minutos y felizmente pasé a escuchar Je ne veux pas travailler durante un rato.
Por otra parte, mi mente no estaba del todo concentrada, no sé, mi padre mandó un currículum para no sé qué cosa de la ONU para irse a trabajar a Kenia, no sé ni cuánto tiempo ni cuándo, pero allí no hay biotecnología, aunque podría irme a estudiar a cualquier país, y rodearme de la alta sociedad de los hijos de los embajadores e irme de compras por Nairobi y sería como la nueva Karen Blixen, en Memorias de África y en su vida real, también. No quiero.

2 comentarios:

  1. tia seriamos la caña, como tu a londres y yo a california de la solsen peor en verdad, tu a kenia y yo a USA jajajaja pasada! ajaja
    mañan em cuenats de la locura de kenia d ela señora desigual anda jaja
    que veo que e estrafalaria no solo ne sus vestimentas
    por cierto, lei el anteiror y este y fue un poco una chapa eh! estoyun pcoo tired

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  2. no tia, yo no quiero irme a kenia, y ¿cómo que chapa? pero si son geniales!

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